YA antes del incidente, realmente lamentable, del último pleno, algunos responsables del PSOE gaditano se estaban planteando muy en serio empezar a preparar una moción de censura al alcalde de Podemos. No lo soportan. Ni a sus socios. Mucho menos a sus bases arriscadas, que van a trifulca por Pleno y en el último han subido el tono hasta lo intolerable con la amenaza a Fran González, directa, que consistió en recomendarle escolta policial el mismo que, teóricamente, atentaría contra él. Presumiblemente. Su reacción ese día, de José María González, fue inequívoca. Ninguna. Al alcalde no le vale la supuesta bonhomía comprensiva de los 'excesos' de su parroquia, de las que hay suficientes muestras en los facebooks y demás youtube de la web. Digo que fue firmemente interpelado para que ordenara a la Policía Local, allí presente, que levantara acta de lo que acababa de suceder, cosa que no hizo, naturalmente.

Entonces, ahora, lo que era un deseo o una avanzada táctica de los socialistas gaditanos puede que se haya convertido en una realidad. ¿Hay obstáculos? Insalvables, ninguno. Porque hacer el pastel admite todos los ingredientes. Seguro que los declinas, como yo. Teófila sale de la quiniela, y otros. Si el PP quiere recuperar la alcaldía. ¿Ofrecérsela al portavoz de Ciudadanos? ¿Entraría Fran González en ese gobierno? Todas estas cuestiones, junto a un programa bien tasado y comprometido ante los gaditanos podría hacer factible el hasta los últimos incidentes impensable o imposible pacto sobre la moción de censura a Podemos y Ganemos, a José María González. El PSOE, de cualquier modo, debe mover ficha, en cualquier sentido. O deslizarse por una pendiente todavía más pronunciada. Pin pan pun fuego de un grupo de exaltados que apoyan a Kichi, con la situación tan difícil que tiene su partido tras los últimos resultados electorales, algo debe moverse. Salvo que hayan perdido el nervio completamente y estén esperando el santo advenimiento de una rosa nueva que no llega.

No he especulado, hablo desde lo que sé (como se saben estas cosas, claro). Pero los socialistas necesitan que los otros muevan ficha, que se propongan, que pidan una reunión inmediata para cerrar Cádiz a este descrédito, esta presencia en los medios de comunicación de España de los plenos, de todo lo que emerge desde lo que no es Cádiz. Porque Cádiz no es Kichi y esos vociferantes, Cádiz es -o al menos era- la ciudad universitaria heredera de la ciudad constitucional de la libertad, que lo fue de una ciudad emprendedora, activa, culta, burguesa y trabajadora.

Entre más de lo mismo o algo peor discurre este tiempo municipal. ¿Una fatalidad?