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Desde mi cierro

Pedro G. / Tuero

'La colleja'

Y es que esta pasada semana ha sido, mi futbolero lector, como usted sabe, la semana de la colleja. Un término o una palabra que, al menos para mí, no ha sido muy corriente o utilizada en nuestro lenguaje del entorno. Todos conocemos perfectamente su significado, pero no ha sido una expresión muy usual por estos lares. No obstante, si le echamos una ojeada a nuestros diccionarios de diferentes índoles que poseemos del español, todos coinciden en quitar importancia a la gravedad de dicha acción. Procedente del latín collum (cuello), y dando origen también al nombre de unos nervios delgados que los carneros tienen en el pescuezo. La colleja en sí es un golpe dado bajo la nuca y con la palma de la mano abierta. Su uso como comunicación no verbal es habitual en grupos de jóvenes de estrecha confianza y nunca entre desconocidos. El agresor que la utiliza lo hace como reprimenda física con más intención de amonestar que de causar daño. Se distingue de otras agresiones con una finalidad más dañina, por ejemplo el cosqui (con el puño cerrado); guantá o bofetá (con la mano abierta y en la cara); mascá (puñetazo doloroso); sopapo (golpe en el culo, más bien) o cate, independientemente de su otra acepción docente, y que es el vocablo más adecuado para sustituir a colleja por este contorno; aunque todavía me acuerdo de aquel que me arreó mi padre -fue sólo una vez- que me sirvió para enmendarme y sin trauma ni leches, fue en su momento y oportuno. Además de otros términos dentro de este campo semántico muy usados como tortazo o puñetazo, que pueden causar dolor y hasta sangre. Siendo muchos de ellos encontrados y sacados de esa universidad popular que es la calle. Tesoro de recursos lingüísticos y de sabiduría, de verdad.

Por eso, me ha llamado la atención la popularidad y difusión que se le ha dado a la colleja del entrenador argentino Cholo Simeone, al cuarto árbitro, una colleja perfecta en su realización, según he podido comprobar en las fotos. Palabra impuesta por la prensa deportiva, sobre todo, que, en su mayoría, es madrileña y madridista. ¡Horror!

Aunque por collejas, mi pacífico lector, que no quede. Pues dado ese carácter simpático y benevolente que la colleja guarda, yo, aquí en La Isla y más allá, le daría una a más de uno y de una. Y si lo consiguiera, y se las diera, pero muy merecidas, sabe Dios con cuántos Desde mi cierro me sancionarían, seguro que con más que al Cholo. ¿Por quién empezaría? Ya hablaremos, si me dejan y Podemos. Amén.

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