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David / Almorza

Un clavo ardiendo

LA expresión "Agarrarse a un clavo ardiendo" significa: valerse de cualquier recurso o medio, por difícil o arriesgado que sea, para salvarse de un peligro, evitar un mal que amenaza o conseguir alguna otra cosa.

Es lo que tiene que hacer el Cádiz en estos partidos que restan: agarrarse a un clavo ardiendo para salvarse del peligro del descenso y evitar el mal de la 2ª B. Tendrá que valerse de cualquier recurso o medio para ganarle a la Real Sociedad y también al Huesca… por lo menos. La expresión viene de los tiempos de la Inquisición que cuando decidía que una persona era culpable sólo podía salvarle de la muerte la intervención divina, la cual debía de manifestarse en forma de milagro. Una de estas pruebas de justicia divina consistía en agarrar un clavo ardiendo. No era un clavo de los del tipo cuelga-fácil, y tampoco era un clavo del Ikea, sino un clavo de hierro más grande que la mano. Si al agarrarlo el reo no se quemaba (algo imposible), sería libre. Parece que la Inquisición siempre resultó ganadora en estas pruebas. Ahora el Cádiz ha conseguido diez de los últimos doce puntos, y está fuera de la zona de descenso. Como la liga no ha terminado, aún quedan tres partidos, todavía esta posición es provisional. Hace dos temporadas, en esta misma jornada 39, el Cádiz perdía en Carranza 0-2 contra el Nástic, y con 46 puntos no estaba en puestos de descenso. Tres empates en tres partidos nos llevaron a 2ª B. Con la lección aprendida esto no puede volver a pasar. Hay que ganar este sábado y también el siguiente, para llegar al último partido, por primera vez en muchos años, con la tranquilidad del curso aprobado. A por la Real, a agarrarse a la victoria como a un clavo ardiendo.

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