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Tribuna libre

El buque 'Esmeralda' en la Iglesia del Carmen

PUEDE ser que la Iglesia del Carmen, protegida por el baluarte de la Candelaria, se parezca desde todos los ángulos de la Bahía de Cádiz a un buque, con sus mástiles cual espadañas y su bandera trocada en cruz. Ciertamente, evoca el aire de navío marinero. Pues bien, en el día ya pasado 4 de julio, mucho más; con el resplandor de la armada chilena, que llenaban el templo carmelitano de blancura por sus uniformes como la capa que viste la que es Madre y Señora del Carmen. También nos gusta ver la iglesia repleta de gentes que se acercan a decirle "madre" a la que es Madre, siempre. Lo que se encierra en esa evocación, invocación, oración o vocablo, sólo Ella, la Estrella de los mares y de la mañana, lo sabe, aunque el que se acerca a la Virgen, lo barrunta.

Una llamada telefónica de la jefatura del mando marítimo gaditano conectó la marina con los padres Carmelitas Descalzos, y todo fue abrir las puertas desde el primer momento para honrar y la Virgen del Carmen. Pasados unos días, ya el Esmeralda en nuestro puerto, el señor Capellán del buque chileno compartió con la comunidad carmelitana, y se preparó la celebración. Quedó tan encantado de la Iglesia que, vivía un éxtasis continuo, interesándose de todo, y fotografiando hasta los palos del paso de palio de la Virgen. Le rogó al padre prior que presidiera la Eucaristía del buque Esmeralda, en la visita oracional; aceptó con agrado. Se le brindó el Coro parroquial Porta Coeli para cantar algunas partes de la misa, incluyendo el tema gaditano del himno de la coronación y un par de poemas de Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz. A su vez, la tripulación chilena cantaría la Salve Marinera, del gusto de todos y a la que nos uniríamos todos. Como así fue. Visita agradable y dichosa. Levantó polvo el Esmeralda, pues no es muy frecuente en nuestros días expresar el agradecimiento a Dios nuestro Señor ni a su Madre Santísima, por eso, nos vino al recuerdo, aquella visita en 1954, que dejó su huella, y que guarda la Hermandad del Carmen, recogido en un cuadro conmemorativo, que se expuso en el templo:

"Virgen Santa del Carmelo, Madre mía, patrona y generala de las Fuerzas Armadas de Chile, protege a mi Patria para que sea siempre feliz y grande. Dale riqueza en la paz y corona su frente en la guerra con el laurel de la victoria. Mira con ojos benignos a mi buque y su bandera.

Te pido también, ¡oh María! Por los míos; mientras yo estoy lejos del hogar bendito de mi familia y de mis amores, cuida tú, Madre del cielo, a los que allí he dejado.

Haz que yo sea siempre fiel, a mi Dios y a mi Bandera. Hazme fuerte y valiente en las fatigas y en los peligros; apártame del pecado y alcánzame la gracia de vivir y morir amando a Dios, y a Ti que eres mi Madre y mi esperanza y al tricolor glorioso de mi Patria.

A Ti acudo, ¡oh María! Para que me guíes por la senda del honor. En ti confío porque eres la Estrella de los mares y la Estrella solitaria de mi heroica y mi amada bandera"

Fechado el documento en abril y Cádiz, del año señalado, lleva a la par una introducción, sin desperdicio, que dice así: "Los primeros tripulantes del Buque Escuela "Esmeralda" de la armada de Chile a su Patrona, como un recuerdo de su permanencia en Cádiz y para que Ella los tenga siempre presentes."

Acompañados por los instrumentos de la banda chilena, se cantó la Salve Marinera, con un solo corazón, que llevó la plegaria a la Patrona chilena y de la mar.

Con el paso del tiempo, 54 años después, esta tripulación pasa a los pies de la Santísima Virgen del Carmen. Esta vez, el padre prior de los Carmelitas, le entregó un escrito en recuerdo, que junto con la Salve Marinera, dejaba constancia de la efemérides, refiriendo:

"La Comunidad de Padres Carmelitas Descalzos de la Iglesia y Convento de la Ciudad de Cádiz ponen junto al Escapulario de la Santísima Virgen del Carmen Coronada, que nos preside, al Buque Escuela Esmeralda de la República de Chile, con su comandante el Sr. D. Víctor Zanelli Suffo; y ruegan a la Madre y Señora del Carmen, que como otro San Pablo, lleven siempre el mensaje de unión, amor y paz. Para ello, elevamos las súplicas a la Virgen con la "Salve Marinera", para que Ella sea el Faro de buen puerto".

Ella es el nexo de unión. Quizás por ello, dos padres de la comunidad respondieron a la invitación, en el día de llegada del barco chileno81 de julio), "la dama blanca" como le dicen cariñosamente allende los mares, al brindis en el Esmeralda y en el Puerto de Cádiz. Estrechando lazos, se saludaron con el embajador de Chile, el Comandante y la señora Suffo, que su unió en matrimonio a los pies de la Virgen del Carmen gaditana.

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