La ciudad y los días

carlos / colón

El Yelmo de Mambrino

DE mayor quiero ser militante, alto cargo o siquiera fan del PSOE. Es un milagro que hace sordo a las críticas, ciego a la realidad y mudo a la rectificación. Un Yelmo de Mambrino que convierte en invulnerable. Ser militante, cargo o simpatizante del PSOE convierte el fracaso en victoria, la corrupción en mentira de los contrincantes, las investigaciones policiales y judiciales en causa general y persecución, los datos objetivos en milongas inventadas por quienes quieren desacreditarnos. Se pone uno el Yelmo de Mambrino del carné del PSOE o de la adhesión inquebrantable y se vuelve invulnerable ante esa cosa tan molesta y agresiva llamada realidad.

Oigan si no al señor consejero de Educación, Cultura y Deporte. Se pone el Yelmo de Mambrino y afirma que "Andalucía es hoy la resistencia por la defensa del derecho a la educación". ¿Que seguimos a la cola de España y de los países de la OCDE en razonamiento matemático, comprensión lectora y competencia científica? ¿Y qué? ¿Que España -que hasta ahora sólo ha tenido leyes educativas elaboradas por los socialistas- lidera la tasa de abandono escolar temprano en Europa y Andalucía -con amplias competencias en educación y tres décadas de gobierno socialista- siempre ocupa los primeros lugares en este negativo ranking de abandono temprano como una de las peores regiones del peor país europeo? ¿Y qué?

El consejero se pone el yelmo y, de pronto, Andalucía resulta ser "la resistencia por la defensa del derecho a la educación". Feliz él. No hay felicidad mayor que creer que se vive en el mejor de los mundos posibles -y poder pagárselo, claro- sin que nada ni nadie lo desmienta. O siendo invulnerable a los desmentidos. Como el preceptor del Cándido de Voltaire que, pasara lo que pasara o presenciara los horrores que presenciara, no cesaba de repetir: "Tout est bien, tout va bien, tout va le mieux qu'il soit posible dans le meilleur des mondes posibles" ("todo está bien, todo va bien, todo va lo mejor que sea posible en el mejor de los mundos posibles").

Desgraciadamente lo que el consejero, la Junta, los militantes y los inasequibles simpatizantes llevan no es el Yelmo de Mambrino, sino la bacía de barbero que Alonso Quijano, en su desvarío, confundió con él. Las cosas están como están. ¿Resistencia educativa andaluza? Si la resistencia francesa hubiera sido así los nazis seguirían por los Campos Elíseos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios