El lanzador de cuchillos

¡Viva la libertad!

Vivan la inteligencia y la libertad a contracorriente de la altiva, antipática e indeseable Cayetana

La describe poéticamente una tonada con vocación de himno del italiano Jovanotti. Traducción libre: "Preciosa y frágil, inestable y precaria, clara y magnética, ligera como el aire, siempre moderna aunque no esté de moda, bellísima cuando camina por la calle… viva la libertad". "Viva", responde un coro urbano.

Viva, sí, la libertad por la que combaten los estudiantes catalanes de S'ha acabat! alzando la voz y las banderas contra el discurso granítico y totalitario del soberanismo. Denunciando el deterioro democrático y la exclusión social del cincuenta por ciento de la población de Cataluña. Viva el coraje cívico de quienes, como mormones de la legalidad, predican la existencia del Estado en un rincón de España donde el Estado está trágicamente ausente. Viva la bendita inconsciencia de unos jóvenes que no se achantan ante el despliegue violento e intimidatorio de los radicales y no temen el señalamiento ni las agresiones. Viva el heroísmo sobrio de los chicos y chicas que defienden en las aulas y en la calle su derecho a discrepar. Viva la razón febril de esos ciudadanos obstinados, lo mejor de nuestra juventud.

Viva la libertad de la que es reo Cayetana -"el verso suelto"-, y en cuyo nombre proclama: "Necesitamos políticos dispuestos a promover con vigor las ideas liberales; en el sentido más profundo e integrador del término liberal, como sinónimo y catalizador de una nueva Ilustración. Los herederos de las luces exhiben hoy una desgana aburguesada y flácida. Se han vuelto relativistas, cómodos y cobardones. Tienen miedo a ofender a quienes no comparten sus ideales". Viva la Cayetana cimarrona que, en la reunión de su destitución, alegó ante Casado: "Cuando me fichaste me pediste que hablara y opinase en libertad. Volviste a pedírmelo cuando me nombraste portavoz. Eso he hecho. Con libertad y con lealtad. Porque la libertad y la lealtad son perfectamente compatibles". Viva la valentía con que impugna el nacionalismo y se opone frontalmente al feminismo de tercera ola o la disolvente y sectaria memoria histórica. Vivan la inteligencia y la libertad a contracorriente de la altiva, antipática e indeseable Cayetana. La mujer que adora la política, pero desdeña el poder. El testimonio andante de que nada causa tantos problemas a un político como ser brillante y decir la verdad.

"Palabra mágica, bella y difícil, nunca se detiene ni descansa; con mil arrugas, pero siempre joven, con todas sus heridas y cicatrices, si te toca te sanará; de labios suaves y brazos fuertes, cuando te acoja, te liberará. Viva la libertad". Viva.

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