Turismo Cuánto cuesta el alquiler vacacional en los municipios costeros de Cádiz para este verano de 2024

Yo te digo mi verdad

Prohibido hablar de política

Es curioso el descrédito,e incluso el destierro social,que sufre la charla política entre amigos o conocidos

En uno de esos grupos de whatsap que todos tenemos ha estado a punto de producirse una escisión fatal que no se ha consumado porque la templanza de los que lo integramos aún no ha tenido tiempo de diluirse. Y eso que uno de nosotros advirtió de que por mucho menos algunos grupos “habían terminado como el rosario de la aurora”. Al final todo quedó en nada, al menos de momento.

El motivo ya lo habrán adivinado: alguien entendió que en alguno de los comentarios se estaba hablando de política, y que ese es un campo en el que no debíamos meternos, y que ya se había advertido de la inconveniencia de estos asuntos. La conclusión fue que deberíamos cuidarnos de ese tipo de mensajes. Así se quedó, de manera aparentemente civilizada pero que a mí no deja de producirme cierta desazón. Y esta viene por lo que yo entiendo que es un déficit social: la mala fama que arrastra hablar de política como causa de conflicto insuperable.

En muchas reuniones de amigos se prohíbe tratar temas políticos para “no terminar mal”. En cambio, yo siempre defiendo la necesidad de hacerlo, lo bueno de discutir sobre eso y de rebelarse contra ese veto social. Si de alguna forma se debe practicar la política por todos es hablando. Lo contrario es dejársela a ‘los políticos’, que se apropiarán de ella en su exclusivo beneficio. Lo que siempre ha hecho falta en este país es, precisamente, más hablar y menos guerras civiles. Demasiadas veces hemos llevado a la práctica el chiste aquel de los dos amigos que, en el fragor del debate oral, se dijeron el uno al otro: “Joder, ¿qué hacemos aquí tú yo discutiendo cuando podemos resolverlo rápidamente a puñetazos?”

Sí, es curioso el descrédito, e incluso el destierro social, que sufre la charla política entre amigos o conocidos, como si fuéramos niños a los que se les hurta la capacidad de hablar de cosas de mayores. Es posible que la Historia de España, pródiga en enfrentamientos sangrientos entre paisanos, sea la culpable de esta actitud demasiado precavida, pero tal vez si creyéramos más en nosotros mismos, si habláramos más sin demonizar al contrario no pareceríamos siempre al borde de la ruptura de nuestra convivencia. Cuánto mejor sería para todos incentivar la charla política en lugar de su ocultación. Sólo en las dictaduras se prohíbe esta práctica. No en vano el dictador Franco recomendaba a sus colaboradores seguir su ejemplo y no meterse en esos charcos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios