Con la venia

Fernando Santiago

fdosantiago@prensacadiz.org

Política de cancelación

Pemán apoyó el Golpe, luego apoyó la llegada de la democracia. Fue conocido por su labor literaria

El Mee Too y el Black Lives Matter han puesto en circulación lo que llaman "política de cancelación", que consiste en mirar con ojos de hoy cosas que se hicieron hace siglos, desde Fray Junípero Serra a Churchill. Se tiran estatuas, se borran secuencias de películas, se cambian nombres a los cuadros y majaderías por el estilo. Creo en la memoria democrática para recordar a las víctimas del Golpe de Estado de Franco. Creo que es necesario reconocer a quienes sufrieron persecución, cárcel, tortura o muerte y que deben borrarse de las calles la exaltación u homenaje de los que participaron en el Golpe. Cosa diferente es el caso de personas que apoyaron el Golpe pero tienen un reconocimiento por su labor profesional o artística, bien sea un aviador o un escritor. Por bajar el balón al pasto: Pemán apoyó el Golpe, luego apoyó la llegada de la democracia, fue conocido por su labor literaria . Es difícil borrar su obra en Cádiz, incluso situó la ciudad como escenario hasta el punto de que un personaje de "Cuando las Cortes de Cádiz", Lola la Piconera, ha pasado de ficción a realidad para muchos. Algo parecido podríamos decir de la escritora Mercedes Fórmica, falangista de primera hora que luego promovió cambios legales en beneficio de la mujer. Todo el que ha vivido mucho ha cambiado de opinión. Yo tuve en un pedestal a Rafael Alberti, excelso poeta que siempre llevó a la Bahía de Cádiz en su obra, desde Marinero en Tierra a La arboleda perdida u Ora marítima. ¿Le quitamos su nombre al instituto porque escribiese Redoble lento por la muerte de Stalin donde le llamaba "padre, maestro y camarada"? Hoy sabemos que el que fuera secretario general del PCUS y presidente de la URSS fue un asesino cruel que provocó muchas más muertes que Hitler. Digo más: de la lectura de Las armas y las letras se deduce la vida de Alberti en el Madrid de la guerra cuento menos reprobable, él mismo le llamo "la Belle Epoque". Se cuenta la escena en la que llega del frente Miguel Hernández al palacio de Heredia-Spínola, donde vivía el matrimonio Alberti-María Teresa León, y vio cómo vivían una vida de lujo y abundancia cuando en el frente no había más que privaciones. Lo escribió en una pizarr:a "Aquí hay mucho hijo de puta y mucha puta" lo que le valió un puñetazo de la autora de Memorias de la melancolía. El percance llegó al punto de que cuando los Alberti iban a coger un avión en Elda para huir de España al final de la guerra, María Teresa León se negó a que embarcase el poeta de Orihuela, que luego murió en las cárceles de Franco. Ya que no se pueden borrar las maravillosas páginas de la obra del poeta portuense, ¿le quitamos el Premio Cervantes? ¿Le hacemos una damnatio memoriae?

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