Con la venia

Fernando Santiago

fdosantiago@prensacadiz.org

Piqueta

Digo yo ¿tan difícil es transformar el actual edificio de la Ciudad del Mar en un hotel?

No comprendo el furor por derribar edificios que tienen los políticos gaditanos, con lo que cuesta en esta ciudad una inversión. La Junta quiere tirar el Tiempo Libre, cuando es un edificio en buen estado con una estructura muy airosa diseñada como hotel y con todas las habitaciones cara al mar. Bastaría una rehabilitación que adaptase la antigua Residencia de Tiempo Libre como hotel con las comodidades y servicios que sea. La Junta en lugar de tirar edificios mejor haría en salvarlos (la antigua Náutica) o en construirlos (nuevo hospital, albergue juvenil). Mucho más barato que tirar Tiempo Libre y hacer un edificio nuevo es adaptar el actual. Un grupo de gaditanos quieren tirar la Aduana, aunque parece improbable que lo consigan. Por supuesto es un edificio espantoso que estorba en su ubicación delante de la hermosa fachada de la estación vieja e impide la gestión de la reordenación prevista para la plaza de Sevilla. Un grupo de gaditanos antagónico del primero promovió su salvación, de manera equivocada quizás, y la Junta, para hacerle la puñeta al Ayuntamiento de Cádiz, decidió incluir el nefasto oficio en uno de los miles catálogos de protección de la arquitectura por lo que ahora es poco menos que imposible su derribo. Dicho lo anterior: ¿para qué tirar un edificio en buen estado que puede prestar servicio durante muchos años?¿para qué gastar recursos y suelo público para construir otro? Por muy feo que este sea, que lo es.

Ahora se pretende derribar el edificio de lo que iba a ser la Ciudad del Mar en la Punta San Felipe. Fue un proyecto de Carlos Díaz que pretendía imitar una instalación que había visto el entonces alcalde en Brest, Acuópolis, un moderno acuario que atraía a muchos visitantes a la ciudad de la Bretaña. Se le encargó el proyecto a uno de los mejores arquitectos gaditano, Rafael Otero, que hizo un edificio con las plantas diáfanas con objeto de que pudiera servir para diferentes usos. Se invirtieron allí 500 millones de pesetas del Plan Andalucía 92, el proyecto de Rodríguez de la Borbolla para compensar a otras capitales de la riada de millones que llegaba a Sevilla con motivo de la Expo. Digo yo ¿tan difícil es transformar el actual edificio de la Ciudad del Mar en un hotel? ¿Para qué tirarlo si tiene una cierta hermosura en su diseño y ubicación? No dudo de la necesidad de un hotel de cinco estrellas en la ciudad y de la viabilidad de uno ubicado en el mismo puerto que facilite convertir Cádiz en un puerto base de cruceros. Otro despilfarro.

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