Turismo Cuánto cuesta el alquiler vacacional en los municipios costeros de Cádiz para este verano de 2024

Con la venia

Fernando Santiago

fdosantiago@prensacadiz.org

Hoteles y apartamentos

Los turistas consumen ciudad, pagan por dormir, por comer y contribuyen a la mejora de la situación

Hace muy poco el Ayuntamiento nos anunciaba todo tipo de hoteles en la ciudad: Puerto América, Estación, Pirulí, Comisaría, Ancha. Iba a ser el florecimiento de la hostelería hasta que la presión de Jesús Rodríguez y su Joven Guardia Roja (Calle Viva) les hizo virar contra el turismo: que si turistificación, que si Cádiz no puede vivir del turismo, que si la precariedad, que si el ruido de las ruedas de las maletas, que si las terrazas, que si los aparcamientos. De la noche a la mañana la nave de Adelante Cádiz cambió el rumbo. Eso sí, los integrantes del equipo de gobierno se cogían hoteles, viajes y chaletes con piscina sin el menor rubor. Ya se sabe aquello que decían los curas (¡como el obispo de Solsona!): haz lo que yo te diga y no lo que veas en mí, la Iglesias es santa y es pecadora. Ahora se propone una tasa turística, lo que me parece bien, es poco dinero por noche, no va a afectar a la afluencia de turistas y puede aportar recursos al erario. Una manera de contribuir, de la misma manera que los turistas consumen ciudad, pagan por dormir, por comer y contribuyen a la mejora de la situación, aunque es cierto que muchos camareros tienen contratos precarios y hay algunos empresarios desaprensivos que abusan de la precariedad. A LLORECA le ha faltado el tiempo para hacer de las suyas y quejarse aunque ya se sabe lo que dijo Benjamin Franklin: las dos únicas cosas seguras en la vida son la muerte y los impuestos. Cosa distinta es que resulte una salvajada el hotel sobre la estación, junto a la muralla histórica, va a suponer un impacto visual de primer orden, es verdad que el Ayuntamiento no puede evitarlo. Asunto diferente es lo de Puerto América. Según parece siguen los trámites para que el Consejo de Ministros permita el cambio de usos al objeto de que allí se instale un hotel, lo que viene a refutar la patraña de que en los suelos que queden vacantes en Reina Sofía no se podían programar viviendas porque lo impedía la ley. Los trámites para un suelo que es dominio público son engorrosos, no es que no se pueda. Lo que no tiene ni pies ni cabeza es tirar el edificio actual, un notable diseño de Rafael Otero que en su día se hizo con la perspectiva de que pudiera tener diferentes usos, de ahí que las plantas fueran diáfanas y los cimientos profundos. Se pensó para un acuario como el que había visto Carlos Díaz en Brest, pero se podría utilizar con otros fines. Es un verdadero disparate que se derribe, lo permita la Autoridad Portuaria, el Ayuntamiento, la Junta de Andalucía o el Gobierno de España. Es absurdo tirar lo que está en buen uso. En estos momentos echo mucho de menos a Julio Malo.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios