Turismo Cuánto cuesta el alquiler vacacional en los municipios costeros de Cádiz para este verano de 2024

Con la venia

Fernando Santiago

fdosantiago@prensacadiz.org

Fomento del coche

Volvemos a la cultura de la carbonización, con el 70% del espacio público de la ciudad dedicado a los coches

Si me perdonan, un cuento de Abuelo Cebolleta: el que haya ido a Burdeos puede haber comprobado cómo esta ciudad ha arrinconado al vehículo privado y ha potenciado el transporte público. El centro está vedado al coche, sólo pueden acceder los servicios públicos. El tranvía es el principal medio de transporte, es una maravilla pasear por el centro o por la ribera del Garona, teniendo en cuenta que durante años el alcalde fue Alain Juppé, líder de Los Republicanos, la derecha francesa, y antes que él, Chabam-Delmas. Es la diferencia entre la derecha europea y la derecha española. Aquí estamos todavía con el negacionismo del cambio climático y la promoción del vehículo privado mientras todas las ciudades de Europa están en las restricciones al uso del coche y el fomento del transporte público. En algunas se tiene que pagar una tasa por acceder al centro, en otras se han eliminado las autovías que circundan el centro o se han peatonalizado calles, en todas se está reforestando. En Cádiz llevamos el camino contrario, se eliminan los bolardos que habían peatonalizado calles. Ha ocurrido en Veedor sin que el Equipo de Gobierno haya hablado ni con los comerciantes de la zona, ni con la AVV ni con el AMPA del Carlos III, quizás porque al volver el tráfico a su antiguo recorrido se beneficia a los vecinos de la calle Zaragoza, piensen ustedes qué dirigente del PP vive en esa calle. Lo mismo podemos decir de la calle Marianista Cubillo, donde vuelve el tráfico delante del Instituto Drago, por no hablar de la supresión del proyecto de Avenida de Portugal que el anterior Equipo de Gobierno había negociado con vecinos y comerciantes. Del Mercado Central podríamos decir que lo ideal hubiera sido que el Ayuntamiento hubiera promovido el uso del transporte público para el acceso al centro, poniendo autobuses modernos y con un sistema tarifario coordinado con el Consorcio Metropolitano de Transporte, mayor frecuencia de los catamaranes, del tranvía, el Cercanías y los autobuses. Vamos contramano del progreso y el desarrollo, volvemos a la cultura de la carbonización, con el 70% del espacio público de la ciudad dedicado a los coches, que los peatones se aguanten. Una política reaccionaria, a contracorriente de lo que se hace en toda Europa gobierne la socialdemocracia, los liberales o los conservadores. Quizás el problema es que nuestros gobernantes, los de antes y los de ahora, viajan poco y cuando lo hacen deben ir en esos cruceros con los guías de la banderita y no se enteran. A ver cuándo Cádiz recupera el cosmopolitismo y la modernidad que fue su seña de identidad en los siglos XVIII y XIX. Por ahora vamos contra el sentido de la historia.

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