Eppur si muove

Como llamar “progresista” a una coalición en donde algunos integrantes ni son ni han sido demócratas

Uno de los episodios históricos más bochornosos de la Iglesia Católica es el de Galileo Galilei y su defensa de la teoría heliocéntrica frente a la mantenida por el Papa y sus cardenales. La Inquisición romana cayó sobre el sabio que defendía el movimiento de los satélites y los planetas alrededor del sol. El Papa apoyó la posición de su Tribunal de la Inquisición, que acabaría condenando al Galileo, pese a su retractación obligada. La anécdota de que, pese a su abjuración, Galileo dijo la famosa frase “eppur si muove” (y sin embargo se mueve), es indicativa de aquel tiempo convulso asentado sobre falsedades que todavía nos avergüenza. Y en ello no paro de pensar. La mayoría de los españoles, la inmensa mayoría, piensa que la amnistía es una mierda que no se puede conceder a los independentistas catalanes, con Puigdemont al frente, un delincuente huido de España para no ser juzgado, un prófugo infame, enemigo jurado de España. Y sin embargo, Pedro Sánchez, aludiendo al bien de España, que ya es insufrible, pretende darle cuerpo legal. Tengo por cierto que la mayoría de los socialistas que han votado la pregunta con trampa saben perfectamente que no es por España, que restituye a estos delincuentes que atentaron contra la Constitución y la igualdad de los españoles poniéndolos de nuevo en la línea de salida de un nuevo ejercicio de iniquidad, la posibilidad real de volver a declarar la República de Cataluña contra la Constitución española vigente. Unilateralmente. Y todo por los votos que le faltan para armar una coalición múltiple que le dé los votos necesarios para seguir okupando la Moncloa. Va de trileros este vergonzoso episodio de nuestras historia. Como llamar “progresista” a una coalición en donde algunos integrantes ni son ni han sido demócratas nunca y otros que hacen de la insurgencia su modo de desobedecer lo que han jurado “por imperativo legal”. Muy penoso y muy triste. Que Pedro Sánchez sea el caballo de Troya de la destrucción de la unidad española, usando falsamente el nombre de España. En vez de capitanear la unidad de la Nación y la igualdad de los españoles, defendiendo al Estado, chalanea con delincuentes jurados poniendo ingentes sumas de dinero a cambio de los votos que lo mantengan en la presidencia del Gobierno. Y socavando más si fuera posible, los pilares de la Constitución, votada mayoritariamente por los españoles. Galileo, pues, somos los millones y millones de españoles maniatados por la infamia y la ambición del presidente en funciones. Y los traidorzuelos enemigos de la Nación, que no descansan para agraviarla, despreciarla y destruirla. ¿Eppur si muove? Sin duda ninguna. No lo olvides.

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