Opinión

Rafael Comino Delgado

La "Cadialidad"

25 de mayo 2014 - 01:00

Soy granadino y llegué a Cádiz hace años 28 años procedente de Valladolid, donde viví cuatro; aquí nació el menor de mis cuatro hijos, pero todos crecieron y se educaron aquí, donde he trabajado, he sido inmensamente feliz y me he realizado personal y profesionalmente. Lógicamente, aquí tengo mi ambiente de amigos y aquí seguiré haciendo lo que pueda hasta que Dios quiera, como un gaditano más, porque Cádiz marca, Cádiz deja huella en el alma y en el corazón.

Desde el primer día llamó, poderosamente, mi atención la amabilidad, afabilidad y cordialidad de los gaditanos que, por otra parte, me resultaba muy agradable. Después de vivir aquí tantos años, haber conocido y comprendido la idiosincrasia, la forma de pensar, de ser, de entender la vida, en definitiva, de estas gentes, he llegado a la conclusión de que los gaditanos, sin saberlo y sin proponérselo conscientemente, siempre tratan de hacer la vida agradable a los demás; así es, ¡los gaditanos son así!

Desde el principio vengo diciendo, pues lo he repetido cientos de veces, que Cádiz es la tierra de la cordialidad. Pero cordiales también pueden serlo en otras partes de Andalucía, de España, del Mundo, aunque no es lo mismo; los gaditanos tienen algo más que les hace distintos, únicos, excepcionales. Eso que los gaditanos tienen, esa forma de ser y comportarse, la he bautizado con el nombre de "Cadialidad". Y, ¿eso qué es?, se preguntarán ustedes. Pues es una mezcla de cordialidad, amabilidad y afabilidad, todo ello generosamente sazonado con unos cuantos chorreones de gracia e ingenio naturales, espontáneos, les sale así, les sale como el respirar.

Esa "Cadialidad" que hace la vida más agradable, pienso que, probablemente, ha nacido al ir tamizando cuantas civilizaciones han pasado por la ciudad más antigua de Occidente, es decir, Cádiz, para quedarse con la sabiduría y lo mejor de todas ellas. Esa "Cadialidad" es el resultado de haber seleccionado lo que de verdad vale la pena de la vida, desechando todo lo demás, forma muy inteligente de actuar.

Por tanto, propongo que cuando alguien les pregunte por Cádiz y por los gaditanos le digan - yo así lo hago y lo haré- que aquí se tiene algo que no existe en otros lugares, por bellos, ricos y privilegiados que sean, la "Cadialidad", que no se puede comprar, ni siquiera, en el Corte Inglés, hay que venir a mamarla, aprenderla, vivirla y disfrutarla en Cádiz. El que viene y la prueba, si puede, aquí se queda, pero, si se tiene que ir, un pedacito de su corazón para siempre se queda aquí.

Rafael Comino Delgado. Catedrático Emérito de Obstetricia y Ginecología. Facultad de Medicina de Cádiz.

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