Hoja de ruta

Ignacio Martínez

Broncas españolas

14 de octubre 2009 - 01:00

LA bronca contra el presidente del Gobierno el lunes en Madrid me suena de demostraciones más antiguas. Recuerda a cuando los mismos, o gente parecida, pedían la dimisión de Suárez o el paredón para el cardenal Tarancón. La extrema derecha es muy del pareado y del exceso; tiene querencia a pasar de la dimisión al paredón con arriesgada rapidez. Es lamentable que un acto de Estado, en el que el protagonista debe ser el Ejército de todos los españoles, sea infelizmente enturbiado por unos fanáticos que en el fondo reivindican que las Fuerzas Armadas les pertenecen y no quieren intrusos.

Y es penoso que este gesto nostálgico no sea censurado desde la derecha política y mediática. Gallardón le dio a Rajoy una lección de liderazgo: criticó sin ambages la pitada a Zapatero en un acto de Estado, mientras el presidente del PP se abstuvo. La prensa de derechas pretende encima que el comentario del presidente de que estos pitidos forman parte de un rito es "un desprecio" a los manifestantes. Lo que supone darles más munición para el año próximo.

Por cierto que Rajoy también se abstuvo de tomar medidas contra los implicados en el caso Gürtel, mientras Esperanza Aguirre le daba otra lección de liderazgo cortando las cabezas de los afectados en la rama madrileña; cuestión de carácter. Los lodos del dontancredismo de Rajoy salieron ayer por las rendijas del PP valenciano, con Ricardo Costa amotinado con razón: no fue él quien llevó a El Bigotes a Valencia, ni quien decidió darle negocio en el partido o en la Generalitat, ni quien le mostraba tiernamente su cariño por teléfono. Así es como ha terminado en bronca la calma chicha en Levante y los argumentos de que el respaldo electoral blanqueaba la situación jurídica de los dirigentes populares. La doctrina Berlusconi no funciona en este costado del Mediterráneo.

La intransigencia no es monopolio de nadie. El presidente del Barcelona, Joan Laporta, borracho con el triplete, sueña con unificar el nacionalismo catalán y ganar las elecciones. Su soberbia le permite llamar "imbécil" al presidente de Extremadura, que es un apasionado barcelonista. Fernández Vara publicó un artículo en Marca en el que elogiaba la gestión de Laporta, pero le recordaba que no todos los barcelonistas son catalanes: "Visca el Barça y Visca Catalunya. Y viva España también, si me lo permites". A lo que Laporta le contestó con una bronca telefónica que incluyó el grito de guerra independentista: "¡Visca Catalunya Terra Lliure!". En el Barça han espiado a cuatro de los cinco vicepresidentes; a todos menos al candidato de Laporta para sustituirle. Cuando se le pregunta, dice que se trata de una campaña de la prensa reaccionaria española. Es curioso, Berlusconi acusa a la prensa extranjera de dañar a Italia con las críticas a su persona. El maestro tiene otro alumno aventajado. Camps tiene competencia en Can Barça.

stats