Cuarto de Muestras

Bendita inconsciencia

Esa suerte de canibalismo devorador que sobreviene a todas las familias venidas a menos

Anda la gente preocupada, y con razón, por el brexit y por el sometimiento del presidente de España a los independentistas que le permiten gobernar. No digo que no sean cosas graves y descorazonadoras. Son tremendas por el desconcierto e inseguridad que provocan, por la sensación de derrumbe que algunos analíticos vaticinan con el mayor de los fatalismos.

Mi única esperanza es que si los tertulianos y pontificadores no fueron capaces de predecir la crisis económica gorda de 2007 igual se pueden estar equivocando de nuevo de diagnóstico. Quizás no todo sea tan demoledor porque ni Cataluña puede dejar de ser España ni Inglaterra puede salirse de Europa ni los políticos que nos gobiernan serán eternos (algunos a este paso tendrán que salir huyendo de su propio país). Miren los mapas, consulten los atlas, disfruten el paisaje. Otra cosa es que, a Inglaterra y a Cataluña que son tan suyas, les guste dar la lata desde siempre y, sobre todo, tengan mal resuelto su complejo de superioridad; para esto último consulten la historia.

Parece que Europa a lo largo de los siglos ha tenido una lucha entre su unión y su propia destrucción. Esa suerte de canibalismo devorador que sobreviene a todas las familias venidas a menos. Su decadencia, con las dos guerras mundiales, empezó por detalles apenas perceptibles para los mortales de aquellos momentos. Muchos convivían sin reconocer ni prever el desastre que se les venía encima. El pesimismo que dejó a posteriori esa inconsciencia del momento está muy bien reflejado en la literatura. "La liebre con ojos de ámbar", "El mundo de ayer", "El esnobismo de las golondrinas" o "Libro de réquiems" comparten todos, la tristeza y la nostalgia entre los rescoldos de una civilización casi perdida que tanto sufrió en el S. XX. Retratan el ocaso de Europa.

Con todo, y no me tachen de frívola por favor, lo que más me asusta es el anuncio de la bebida de cola más famosa que antes se publicitaba como la chispa de la vida. Ahora, nos muestra un mundo crispado que se derrumba entre peleas, casas que se caen, héroes que se estrellan y una pelirroja que pregunta, no sé si con sarcasmo, si nos hemos preguntado si estamos equivocado. El anuncio termina con un brindis de la bebida entre una rata repantingada y una especie de Mazinguer Z tullido. Menos mal que yo brindo siempre entre amigos y con vino de Jerez que me hacen ver el mundo mejor. Bendita inconsciencia que me salva.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios