Tienen talento los guionistas de Isabel Díaz Ayuso. Tanto que ella se sonríe en ocasiones, entre sorprendida y complacida, por el ingenio de lo que acaba de leer. Entonces vemos sus ojos, que nos miran enormes, redondos, después de mostrarnos sus pestañas mientras recita las ocurrencias de Miguel Ángel Rodríguez (MÁR). Ayuso tiene quien le escriba argumentos de alto voltaje. Eso la convierten en una influencer, más que en una líder política. Es nuestra Meloni, nuestra Trump; sus palabras son titulares automáticos y su popularidad, pasmosa. Es una estrella a la que se adora o se detesta. Aznar la santificó en 2021 con frase rotunda: “Es la más relevante política española del momento”.

Un año antes, la presidenta madrileña había nombrado jefe de Gabinete a MÁR, que fue secretario de Estado de Comunicación con Aznar. Allí fraguó una leyenda pendenciera y faltona. En noviembre de 1996, cuando la Generalitat pidió federaciones olímpicas, Rodríguez dijo que era una “sandez”, para enojo de Pujol: “Los catalanes acabarían jugando a las canicas”. Un mes después, con motivo del 18º aniversario de la Constitución, Rodríguez comentó que si fuese mujer se pondría de largo y si fuese un ciudadano iría a votar.

A primeros de 1997 fue ariete del Gobierno para convencer a Antonio Asensio de que rompiera su pacto del fútbol televisado con la Sogecable de Polanco. Amenazas de cárcel y de “plata o plomo” llevaron al editor a vender el 51% de Antena3 a la Telefónica presidida por un amigo de Aznar. Fue despedido de la portavocía en julio de 1998. Después presidió una agencia de publicidad e inició una desquiciada carrera de tertuliano buscarruidos. Fue condenado por acusar de nazi y homicida al doctor Luis Montes, que había sedado a enfermos terminales.

El 4 de mayo de 2021, tras arrasar Ayuso en las urnas, Rodríguez planteó que saliera sola al balcón de Génova y Pablo Casado se negó. Aquella noche le mandó al presidente nacional del PP una sentencia: “Me has demostrado ser una mala persona”. Y empezó un pulso que acabó desquiciando a Casado. Tanto, que cuando en febrero de 2022 acusó de tráfico de influencias a Ayuso, por el negocio de su hermano con la Comunidad de Madrid, duró seis días en el cargo.

El guionista de Ayuso ha escrito novelas, teatro, ensayos y cuentos, pero su gran éxito como escritor ha sido el argumentario de Ayuso. El periodista Ernesto Ekaizer sostiene que MÁR es el presidente en la sombra de Madrid. Con acusaciones falsas, desde la sombra ha amenazado a elDiario.es por informar sobre las irregularidades fiscales del novio de su jefa: “Os vamos a triturar; vais a tener que cerrar”. También ha embestido a periodistas de El País. Ayuso no prescindirá de él. El cinismo y el talento de MÁR son la clave de su éxito.