Las noticias sobre la pandemia se han convertido en todo un homenaje a la desinformación. No sabemos quién o quiénes dicen la verdad. Escuchamos asombrados las diversas tertulias donde economistas hacen de virólogos, periodistas de intensivistas y jueces (como el del País Vasco) que ponen en duda la labor y el saber de los epidemiólogos. Esto es como el fútbol, que cada uno tiene su alineación. Pero esto es más serio y se debería poner algo de sentido común y dejar opinar a los profesionales de la salud.

Pero todavía es peor si escuchamos a la parte política queriendo justificar lo injustificable. ¿Hay alguien que entienda la información que nos dan los responsables de nuestra comunidad? Por cierto que no se sabe quiénes forman esos comités de expertos provinciales, aunque nos lo podemos imaginar. Fíjense, el presidente de la Junta, Sr. Moreno, ha rebajado las medidas restrictivas de nuestra comunidad (con cifras que asustan todavía), pero nos pide responsabilidad porque las próximas semanas van a ser muy duras y habrá muchos contagios. ¿Alguien lo entiende? Y además sigue pidiendo al Gobierno Central el confinamiento. Todo un lujo de razonamiento.

Y seguimos con las sorpresas. El sector hostelero viene siendo la parte más castigada de la economía. Y vienen pidiendo (con razón) ayudas para poder mantener sus negocios. La Junta de Andalucía es la comunidad que menos ayudas ha otorgado a este sector, 46 millones de euros. Por eso sorprende que hace unos días anunciara que han terminado el año con un superávit de ochocientos millones de euros. En una situación como la que tenemos, lo razonable es que la prioridad sea ayudar en lo posible a los sectores en crisis. Si no hay dinero no puede haber ayudas. Pero presumir de superávit cuando estos sectores claman por mantenerse en pie, es un insulto. Mientras el Partido Popular isleño reclama al gobierno Local (no a su gobierno de la Junta) que tome medidas para salvar el comercio local. Todo un despropósito cuando de lo que se trata es de hacer política con la pandemia. Lo serio sería hacer unos presupuestos de la pandemia.

Hay que procurar que la incidencia en la pequeña empresa sea la mínima con la idea de que cuando se vuelva a la normalidad, se recupere el tejido productivo o comercial. Lo cierto es que el gobierno Local, recordemos que tiene uno de los presupuestos más bajo de la Bahía, ha priorizado las ayudas al comercio dentro de sus posibilidades. Suspensión del calendario fiscal, ampliación del abono de los impuestos municipales, 250.000 euros para abrir una línea de subvenciones, suspensión de la tasa por ocupación de la vía pública, plan de pago personalizado, supresión de tasas de apertura, bonificaciones para la creación de empleo, ampliación de terrazas son algunas de las medidas puestas en marcha. Se podrá decir que son pocas, o muchas. Pero lo cierto es que ha habido una iniciativa para ayudar, con los presupuestos que tiene la ciudad, a un sector que necesita la ciudad.

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