Cuando uno empieza a rastrear palabras de los dichos gaditanos e isleños se lleva sorpresillas variadas. Nanay aparece en el Drae como interjección festiva y coloquial para negar rotundamente algo. Sin aclarar si es de Cádiz o no su gestación y uso. Recogida y aceptada. Sin embargo, no ni ná que sería aceptar rotundamente algo, no aparece. Pérez Orozco, lingüista, en Canal Sur aclaró entusiasmado que son tres negaciones, No Ni Ná. Y es la mayor afirmación que hay en el andaluz. Cuando una persona te dice No Ni Ná que no te quepa duda de que es que sí. Y continuó añadiendo: "Es una figura literaria de primera categoría. Tres sílabas que son tres frases y las tres empiezan por la misma letra. Los técnicos lo llaman anáfora para nosotros es una virguería". (Otra palabra de aquí) de virgo y ero, que significa : Que hace las cosas con gran habilidad y perfección y que dicho de una cosa que esta es muy buena, extraordinaria.

Estar al liquindoi es otro gaditanismo que procede de la expresión inglesa "at looking doing" o sea estar ojo avizor. Mirando siempre. Cádiz como puerto de mar hacia América lingüísticamente ejerció la creación de una koiné con tantas expresiones. Está también Zanani o sanani, alguien que tuvo fama de dar menos que Quevedo, el poeta, quien advirtió: Solamente un dar me agrada/ que es el dar en no dar nada. Casi otra anáfora de no soltar ni vellón ni alabanza. Por eso era recordado por su cualidad de imposible. En San Fernando, ínsulo pérjuro, existió Casa del Nanai, un restaurante en la cuestecilla de la Cárcel, que precisamente no se negaba tajantemente a servir comidas.

Entonces leo en un cartelón, Guachisnai: en Cádiz, persona sin relevancia social, vulgar y don nadie. Persona que viste estrafalariamente. Adaptación koiné al "What's your name?", ¿cúal es tu nombre? En Cuba, antaño colonia española Guachinear es nadar o estar entre dos aguas. Recordemos los Aguaduchos o aguaduchar que es que algo tenga exceso de agua. De ahí a guichi, aguichi, Quevedo flota en el vino aguado con trampa. Floris, la fiesta pasada/ tan rica de caballeros,/ si la hicieran taberneros/ no saliera más aguada. Y aguachirle es bebida aquada y mala. De ahí Güichi. Pero Bache que es su equivalente gaditano, no. Bache de etimología discutible, es hoyo en el pavimento. Y, por lo visto y metafóricamente, algo de donde es muy difícil salir sin beber. Ahí koiné o pseudo. Ah, y media limeta, botella de vino pirriaque, que se bebía por baches, tabancos y güichis, El Drae, dice que limeta es ár. hisp. límma, y este del persa nime 'media, por lo que media limeta era la mitad de la mitad, gaditanamente hablando. Pirriaque que es espirriaque es el "último caldo al estrujar la uva" la prensa hidráulica le extrae hasta el último zumo al orujo. El nombre que le damos a este último caldo es máquina o espírriaque.

El doctor Payán, aclara y fija para dar esplendor: Otra de las voces que podemos observar en el repertorio estudiado, y que aparece también en el THLA, es cacaruca. Se trata de una unidad léxica que goza de vigencia, aún. El Tesoro recoge, en Málaga, la acepción como complicación, dificultad, mientras que en Jerez de la Frontera documenta además de este sentido, otros dos: mal estilo, antipatía o mala condición y persona de mala condición, aunque, como suele ser habitual, la restricción geográfica no coincide, dado que en esta obra hay una tendencia a generalizar los empleos léxicos a toda la provincia, mientras matrimonia con la expresión Carracuca, estar más perdido que Carracuca, para ponderar la situación angustiosa o comprometida de alguien.

Alguien debe armonizar los gaditanismos, los provincianismos y la koiné que puedan faltar en el diccionario que, tanto José Antonio Hernández Guerrero y María del Carmen García Tejera han trabajado en ese Cádiz, carracútico y friki, hoy, con unas variantes de las lenguas, que son dignas de estudiar.

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