En las elecciones más cercanas que hemos ido teniendo en los últimos años, los electores han tenido que hacerse un esquema para poder identificar a los partidos y las distintas coaliciones que va sumando una lista interminable de partidos. Más que un esquema, una especie de árbol genealógico para descubrir de dónde viene cada uno.

Para las próximas elecciones municipales vamos camino de lo mismo. Quitando las marcas tradicionales, se avecina un lío tremendo entre los que estaban pero que se han unido con otros;los que estaban unidos a otros y ahora van a ir por su lado; y los que han venido a sumarse, unos como independientes absolutos y otros de la mano de partidos que han ido cambiando de piel en los último años. Un galimatías de los buenos.

La última incorporación ha sido el Cádiz Sí de Ismael Beiro, que no sabe qué hacer para huir de la marca Andalucía Por Sí y derivados que van adheridos a ruinas electorales, salvo muy contadas excepciones como las de Barbate.

El que fuera ganador de Gran Hermano en la primera edición va a tener que huir de sí mismo si sigue ofreciendo intervenciones como la de su debut en público como político en el Club Alcázar. Las ocurrencias que fue soltando unas detrás de otras como le iban viniendo a la cabeza, no sólo chocaban en algunos casos con la legalidad, sino incluso con la lógica. Lo de la llamada del vicepresidente de Telefónica ya fue pasarse de frenada directamente e ir de sobrado.

Fuera de la improvisación que trae el directo, este viernes enviaron un comunicado cerrado donde daban cuenta de la creación de Cádiz Sí y la filosofía que persigue, sin dar lugar a las meteduras de pata. 

En una política que está ya muy trillada, es muy complicado ser original en los planteamientos porque siempre ha habido otro por delante que ya ha anunciado que sus políticas se van a hacer desde la sociedad al partido y no en sentido contrario y que va a poner a Cádiz por encima de otros intereses. De momento lo que planteaban en ese comunicado era una especie de carta a los reyes magos parecida al deseo utópico de pedir la paz en el mundo que ahora tendrán que concretar con algo más que las ocurrencias de Ismael Beiro. 

De momento lo que hay es una sucesión de enunciados: “la defensa de la transversalidad participativa, el feminismo como medida correctora de una sociedad desigualitaria asentada por la tradición, la sostenibilidad como motor de cambio y el ámbito social como escudo de protección para las personas y familias más vulnerables”. Esperaremos acontecimientos.

Y de ese lado ha surgido otra plataforma, Ahora Cádiz de Eugenio Belgrano, que fue candidato en su día de Ciudadanos y que ahora ha decidido emprender el camino en solitario. Lo que ha tratado es de ir aglutinando gente a su alrededor para mostrar músculo. Que eso ya se traduzca en votos es su gran reto. De momento ha tirado por la vía del populismo tratando de hurgar en la herida del gobierno local como la subida de la luz.