El error de una ministra

La ministra tenía que saber de las consecuencias de romper las relaciones

Se esperaba un otoño caliente. La cercanía de las elecciones locales, aseguraba que todo se movería en clave electoral. Había motivos suficientes para que todos los partidos elevaran el tono político después de casi cuatro años de absoluta tranquilidad en la política local. Pero lo que nadie, ni políticos ni ciudadanos, podían imaginar era que la intranquilidad llegara de la mano de nuestra antigua Bazán. La empresa Bazán, santo y seña de la ciudad, se ha colado en el debate político por la puerta de atrás, por sorpresa, cuando gozaba de la mas absoluta calma política de los últimos años.

Y en mal momento, si es que hay algún momento bueno, para que la emblemática empresa isleña entre en crisis. Una indiscreción, una mala opinión sin calcular los riesgos ni las consecuencias negativas, ha llevado la intranquilidad y el miedo a esta empresa isleña, cuyas consecuencias para la ciudad son incalculables. Lo cierto es que trabajadores, políticos locales y la ciudad (porqué no) ha venido luchando para que la firma de las cinco corbetas fueran una realidad, lo que llevaría la tranquilidad a esta angustiada empresa y por consiguiente la contratación de unos seis mil empleos en una zona tan deprimida y necesitada como la nuestra.

Y una vez conseguido el objetivo, la indiscreción de una ministra ha llevado la angustia a toda una ciudad y la Bahía. Porque si pierde la Bazán de sobra es conocido que pierde la ciudad. Hay dos cosas en juego. Cierto que vender armamento a un país como Arabia que, sabido es, lo emplea para bombardear colegios y autobuses, es una crueldad y tira por tierra todos los derechos humanos del mundo. Creo que en esto estamos todos de acuerdo. Y el que tiene en sus manos la decisión de elegir lo tiene muy difícil.

Pero la política se tiene que hacer con la cabeza y no con el corazón, sin olvidarse de este órgano tan esencial. Y la ministra tenía que saber, es su obligación, de las consecuencias que tiene el romper las relaciones con Arabia, por cierto, que no es el único país así con el que tenemos relaciones comerciales. Y que romper un acuerdo podría llevar implícito la ruptura de todo lo demás. No hay que ser muy listo para predecir lo que se podría originar. La ministra dijo en el Senado que el contrato de las cuatrocientas bombas para Arabia no esta suspendido sino que estaba en fase de revisión, todo esto después del anuncio por parte de su departamento de la suspensión del contrato. Todo mas complicado, lo que justifica las movilizaciones de los trabajadores. De todas las maneras hay que procurar mantener la calma y esperar en que terminan las renegociaciones, parece ser que ha habido marcha atrás y se ha solucionado. La implicación de la Aalcaldesa de la ciudad desde el primer momento con los diputados socialistas pertenecientes a la comisión de Defensa, me consta que esto ha sido así, ha dado resultado. Ojala no haya marcha atrás, pues todos sabemos que cuando se mueve la Bazán tiembla la ciudad. Esperemos, por el bien de todos, que esto lleve a un final feliz.

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