Náufrago en la isla
Manuel Muñoz Fossati
Camarón en su Isla
Aquello que une la cordura, que no lo separe la política actual, tan cortoplacista y ombliguista que cada vez sirve para menos. La propuesta con la que Sumar pretendía brillar y ganar enteros en la ciudad de Cádiz y en la Bahía de cara a un futuro electoral cortoplacista no ha podido recibir revés más grande. Querer renombrar el puente José León de Carranza poniéndole el nombre del poeta portuense Rafael Alberti ha recibido el rechazo más inesperado, el del entorno del supuesto homenajeado.
La viuda de Alberti (María Asunción Mateo) no ha podido ser más clara y directa: el intento de poner el nombre del poeta al puente no tiene pies ni cabeza. “¡Hay tantas cosas hermosas en Cádiz, con más connotaciones poéticas que un puente!”, exclamaba Mateo, que de este modo se alineaba con las voces que en los últimos días han mostrado su desacuerdo con la decisión de la vicepresidenta tercera del Congreso (Esther Gil de Reboleño) de rebautizar el puente Carranza sin pasar por el peaje de la opinión pública y la participación ciudadana, esa a la que tantas veces aluden los políticos y que tan pocas veces se da.
Ya decíamos días atrás que el cambio de nombre del puente se estaba tramitando por la puerta de atrás, con cierta nocturnidad. Que la propuesta no se había lanzado a ningún colectivo ni encuesta ciudadana (como el aún recordado fallido referendum del Estadio), y que de hecho se había obviado a aquellas entidades que sí han propuesto otros nombres (desde el sindicato UGT a la asociación Cádiz con Elcano). Y el colmo de tan mala gestión en algo tan simple es que el propio entorno de la persona propuesta rechaza la idea.
¿Por qué me tenéis aquí, /
si este aquí yo no lo quiero?
Alberti ni estuvo en los orígenes del puente ni estaba en España durante su construcción, lo conoció años después de haberse inaugurado, dice María Asunción Mateo en la entrevista realizada por Francisco Sánchez Zambrano en este periódico. Como dice también que nadie del Gobierno, de Sumar ni de ninguna entidad afín se ha puesto en contacto con ella para trasladarle la propuesta, algo básico para lanzar algo de este calado. Lo que viene siendo empezar la casa por el tejado, que ya se sabe el resultado.
Se equivocó la paloma /
se equivocaba. /
Creyó que el trigo era agua /
se equivocaba.
¿Y ahora qué? Cabe preguntarse ante semejante tropiezo que ha tenido el plan de Sumar de cambiar el nombre del puente. Se veía Gil de Reboleño sobre el nuevo Rafael Alberti aupada por aplausos y pancartas como las que se recuerdan en la inauguración del Carranza, y lo que ha encontrado son apenas 4.000 apoyos entre Cádiz, Puerto Real y otras localidades para este doble empeño de separar a Carranza del puente y de vincularlo a Alberti.
¿Rectificará ahora el Gobierno y planteará otro camino a seguir para cerrar el expediente, si es que lo hay, del puente de Cádiz y su vinculación a la Memoria Histórica? ¿Pondrá alguien cordura, como la ha puesto María Asunción Mateo, ya sea desde Sumar o desde el propio PSOE nacional, que ha sido cómplice en esta gestión tratada directamente en los despachos de Madrid? ¿Y la oposición nacional?
Dime que sí, /
compañera, /
marinera, /
dime que sí.
¿Elevará el PP, por ejemplo, la voz que el alcalde de Cádiz no ha querido elevar respecto a este despropósito?
Es momento de imponer cordura en este desaguisado, buscando un nombre -si hay que buscarlo, que nadie del Ministerio de Memoria Histórica ha hablado aún- que convenza a una mayoría real, muy superior a 4.000 apoyos. ¿O ganará en esta tesitura a la que nos ha llevado Sumar la terquedad, otra ‘virtud’ de la política actual?
Ya lo dijo, y lo retedijo, Alberti.
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