Ahora es el presidente de Andalucía, Moreno Bonilla, el que ha entrado en esta especie de guerra sobre los impuestos. Los políticos de la derecha de este 'país han entrado en un juego para ver quién o quiénes son los que tienen menor presión impositiva en su comunidad.

La decisión del presidente andaluz de suprimir el Impuesto de Patrimonio, que grava a las rentas que son difíciles de detectar, es muy difícil de entender para una comunidad que tiene muchas carencias públicas. Dice el presidente que las familias lo están pasando mal y algo hay que hacer. Me parece bien, pero la supresión de este impuesto no afecta a esas familias que están teniendo problemas precisamente. Tampoco está demostrado que este regalo económico a los que más tienen vaya a generar más ingreso en la economía autonómica. Las bajadas de impuestos suponen una pérdida de ingresos en las arcas públicas que tendrán que descontar de los servicios públicos que prestan. Los impuestos financian la Sanidad, la Educación, la Ley de Dependencia, la investigación, las infraestructuras, las becas. Esto no se puede financiar si no existen los ingresos. Una comunidad no puede progresar sin contar con un Estado de Bienestar. Y estamos hablando de una comunidad como la andaluza, donde se dispara el tiempo de espera para poder realizarse una prueba complementaria en Sanidad, donde la educación concertada está ganando terreno en detrimento de la pública, donde las residencias de mayores escasean y las listas de espera de la Ley de Dependencia se dispara. Una comunidad que suprime los impuestos está llamando a las puertas de la iniciativa privada. Otro de los impuestos que va a quitar es el canon que se paga con el agua para mantener las infraestructuras hidráulicas cuando hace unas semanas Moreno Bonilla le pedía al Gobierno Central que aprobara con urgencias la planificación hidráulica por la sequía que ahora suprime, él, en la comunidad.

Igualmente es peligroso para el país y para el modelo que tenemos del estado de bienestar entrar en una guerra entre autonomías para ver quién es el más listo de la clase. Andalucía, desgraciadamente, no es Madrid ya que esta tiene una situación privilegiada por ostentar la capitalidad de España y por eso se puede permitir bajar impuestos, aunque tenga una de las peores Sanidad y Educación pública en inversión del país, al igual que Andalucía. Madrid no compite en igualdad de condiciones que las demás y de eso se aprovecha. España no se puede permitir entrar en una guerra entre comunidades por la irresponsabilidad de unos políticos cuya ideología se basa en sálvese quien pueda. El Estado debe tener una armonización fiscal de todos los entes autonómicos porque lo contrario llevaría a que en cada comunidad existiera unos servicios públicos básicos diferentes entre ciudadanos de cada territorio. Además, se olvida o se quiere olvidar, el presidente Andaluz de que Madrid y Barcelona (a la que él se ha referido) son comunidades que aportan dinero al Estado, mientras que Andalucía es una comunidad receptora del Estado. Por consiguiente, ¿se puede permitir el lujo un gobierno autonómico, que necesita ingresos del Estado para financiarse correctamente, bajar los impuestos a los que más tienen?

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios