Juan Clavero
Beardo planta un árbol
Tema delicado este de los tocones lo mires por donde lo mires. A nadie se le escapa que hoy día un tocón o varios tocones juntos son elementos poco recomendables en ningún sitio ni en ningún lugar de nuestra sociedad por motivos de sobra conocidos. Y aunque somos conscientes de que al ser tantos y de tan variada procedencia, actitud y/o emplazamiento físico en los lugares más insospechados, algunos, o muchos, pueden suscitar sentimientos, afectos y hasta emociones difíciles de entender para más de uno y más de dos.
En nuestra rica tapestría lingüística, existe un personaje cuya afición es provocar a los demás con el único propósito de irritar o incrementar la frustración de alguien que ya se encuentra en un estado de ánimo alterado. Este tocón de gatillo fácil no debe ser confundido con aquel que, en el mercado, se dedica a manosear la mercancía que tiene delante, a pesar de que el vendedor haya advertido con un cartel “Se ruega no tocar los huevos”.
Existen también, por desgracia, otro tipo de tocones que aprovechándose de inocencias y voluntades quebradizas realizan prácticas execrables contra los más débiles por edad, por escalafón, o por fortaleza física. A estos mejor ni nombrarlos.
Y ya el remate de los tomates son los tocones multifuncionales y transversales con los que nos topamos a diario en nuestra querida y acogedora Gran Ciudad de El Puerto de Santa María. Entendidos en arbolado consultados por el que suscribe, no se explican cómo nuestra ciudad puede estar tan abandonada en ese sentido. Rara es la calle o plaza que no tiene un tocón que llevarse a la vista. Y da igual que sea de palmera atacada por el picudo, de un ciprés o de cualquier árbol urbano que necesite un cuidado especial y que su cura termine siendo ser cortado, y abandonado a su suerte para que se familiarice con los vecinos, palabra ésta maldecida por adláteres y conocidos de los que de momento están en la pomada.
A la vista de lo dicho, nuestro incipiente cineasta Manolo Gago creo está ya por la labor de sugerirle a Pedro Almodóvar el título para su nueva película: Tocones cercanos.
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