El Alambique

Juan Clavero

jclaverosalvador@gmail.com

Ríos maltratados

La reciente aparición de grandes siluros en el bajo Guadalquivir es un nuevo síntoma del estado de degradación de nuestros ríos y de la alarmante presencia de especies alóctonas. El siluro es el pez de mayores dimensiones de Europa, llegando a medir 2,5 metros de longitud y 130 kilos de peso. Procedente de los grandes ríos del este de Europa, como el Danubio, ha sido introducido ilegalmente en diversos ríos peninsulares por pescadores deportivos, demostrando una enorme irresponsabilidad.

En los ríos andaluces dominan ya las especies introducidas. En el Guadalete, los barbos, bogas y cachuelos tienen que convivir con carpas, black-bass y, en la cabecera del Majaceite, con las truchas arcoíris. En los estuarios la riqueza de peces era mayor, pues muchas especies marinas tienen la facultad de remontar los ríos. En el curso bajo del Guadalquivir y del Guadalete eran frecuentes las anguilas, esturiones, sábalos, pejerreyes, robalos, lisas y lampreas, pero la construcción de las presas y azudes, y la contaminación, han llevado a la mayoría a la extinción.

Tenemos también especies genuinamente andaluzas, como el salinete y el cachuelo malagueño, aunque seguramente hay más, pues la cantidad de ríos existentes, sobre todo en la vertiente mediterránea, propician la generación de endemismos. El salinete fue descrito como especie diferenciada en 2001, y sólo vive en una decena de arroyos salinos de Huelva, Sevilla Y Cádiz.

Los ríos son arterias de vida, auténticos corredores ecológicos que comunican sierras, campiñas, vegas y marismas, para terminar en el mar. Pero a estas arterias les hemos provocado continuas trombosis.

A los ríos los hemos contaminado, utilizándolos como cloacas de fábricas y ciudades; desecado, extrayendo o trasvasando sus aguas, que tratamos como una mera mercancía; extraído sus sedimentos, que alimentaban a las playas; fragmentado por las presas; destruido sus bosques ribereños; alterada su fauna con la introducción de todo tipo de especies foráneas…

Muchas de nuestras poblaciones surgieron al amparo de los ríos; las abastecían de agua y se utilizaban para el esparcimiento y los baños. Hoy les hemos dado la espalda, encauzándolos y cementándolos o, incluso, entubándolos.

Tenemos una deuda con nuestros ríos. Hay que recuperarlos.

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