Terminó la Feria del Libro, recuperada, en el magnífico espacio de la Plaza del Rey. Terminó con la presencia de escritores importantes, sin localismos ni zarandajas. Escritores que rindieron un emotivo, serio y estructurado lenguaje a la memoria de Luis Berenguer. Enrique Montiel, Manuel Ramos, Ana Sofía Pérez Bustamante, Antonio Hernández, Pablo Berenguer, la presencia de la casa, del despacho, del patio…Agradezco a la alcaldesa la revalorización de la Feria.

Recordar no es ponerse de parte de la muerte. Imagino el recuerdo, como la persistencia de la humedad en una casa vacía. Está allí con sus colores y memoria. Evoco.

Las Ferias del Libro en La Isla, doy testimonio porque las organicé, eran, como dice Paco Bozano, multitudinarias. La diversidad de precios era tan abundante como la escala que iba desde libros de saldo a las últimas novedades. A lo mejor porque Salvador Pina traía todo lo que podía de colecciones descatalogadas y, además, como invitado aportaba la novedad de Libros Raimundo, el anticuario de Cádiz, al que acudíamos siempre para adquirir libros, postales, ediciones localistas, textos universitarios…

La feria del libro rodeaba el contorno de la Alameda. En el centro se ubicaban góndolas de libros equivalentes a cincuenta céntimos de euro, renovándose sus contenidos diariamente, lo que aportaba un aire de rebusca y rastro a la oferta del libro, que para eso era su feria.

Presentábamos libros diariamente en la misma feria, con retransmisión en directo de las tertulias literarias con la participación de los escritores isleños, citados desde la Fundación de Cultura, donde tanto Isabel González, como Manolo Mendoza, daban su entusiasmo y trabajo al desarrollo de los actos.

Calles de la alameda con sus rótulos, dando durante los días de duración, nombre de escritores al recinto. Calles de Enrique Montiel, de María Sánchez, de Soledad Lozano, de Pérez Casaúx, de Juan Mena, Gabriel González Camoyano, Berraquero Miril, José Chamorro, Germán Caos…La megafonía ambiente, cada vez que un escritor entraba en el recinto, daba cuenta de su estancia en la feria, por si alguien quería demandarle una firma o unas palabras. A todos, y sé lo que me digo, sin acritud y con reconocimiento.

Talleres de escritura para los colegios. Los niños siempre como base de la feria, que era el futuro. Pregón de inauguración con la dedicada a Luis Berenguer con su personaje Juan Lobón, Juan Perea o Perea el de los perros o Juan Ruiz que era su verdadero nombre, sí, el que demandó a Televisión Española por cómo trató al libro en su serie, que costó mil millones de pesetas. Sí, el ser que dio vida al personaje de Berenguer, inauguró la dedicada al escritor isleño. Hasta Fernando Quiñones estaba en la Feria en el expositor de la Librería Manuel de Falla, firmando libros.

Las ruedas de prensa de valoración las daba personalmente el alcalde, dada la asistencia de público y el volumen de ventas. En la hemeroteca de este Diario de Cádiz se encuentran esas crónicas, esas fotos de Enrique Rioja, esa afición al libro que llenaba la Alameda, y donde también viejos e isleños escritores eran homenajeados.

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