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Desde que se casaran por lo civil en el año 1932, María Teresa León, tras más de medio siglo vinculada al poeta de El Puerto Rafael Alberti, abandonó este mundo sumergida entre la luz de su silencio y el haberse definido a sí misma como ‘la cola del cometa’. Tal cual nos lo relata el escritor José Luis Ferris en su libro biográfico Palabras contra el olvido. Vida y obra de María Teresa León (1903-1988). “Bella, temperamental, inmensa capacidad de trabajo, sensible, talentosa y gran escritora, cuyo valor poético”, nos dice Ferris, “es el de una mujer que no fue poeta, pero que convirtió su prosa en una obra absolutamente plagada de poesía”.

Es perverso el olvido para la condición humana. Es el suyo un tránsito vital envuelto entre la ligereza de la desatención y el desapego a la propia valía personal, enmarcada en lo que fue una vida habitada y consagrada a la mayor gloria de Rafael. De las más lúcidas de la Generación del 27, María Teresa, en silente serenidad, sufrió por un olvido que no llegó a entender nunca. Como no entendería si aun viviera el chocante por prolongado, retraso en la apertura de la biblioteca y sala de estudios que lleva su nombre en el pueblo de donde partió el marinero de las letras con el que navegó a la deriva por medio mundo.

Lo que en su momento –mayo del pasado año- se consideró como un gesto de agradecimiento y homenaje por parte de los porteños tanto a su figura y a su obra, como a su generosidad por donar a la ciudad parte del legado que alberga la Fundación del poeta, hoy, las puertas cerradas de la antigua Casa de la Cultura perpetúan más si cabe el ostracismo sufrido a lo largo de sus 85 años de vida.

La apertura ficticia por alguien con la sonrisa tan falsa como todas sus promesas, hizo flaco favor tanto a la homenajeada como a la propia esencia del edificio que, en su mejor época fue un hervidero de encuentros culturales de y para los coquineros de esta parte de la Bahía. Para María Teresa, escribir era como respirar aire puro. Para El Puerto, que una biblioteca lleve su nombre es todo un honor. Esperemos surtan efecto en la cercanía estas palabras contra el olvido.

manolomorillo@soydelpuerto.es

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