Están los partidos políticos de los nervios en este año tan electoral en el que ahora toca divertirse con un disfraz y escuchando coplas. Es mucho lo que se juegan tanto en los comicios municipales como en los autonómicos de media España y, sobre todo, en las elecciones generales de finales de año. Ningún partido escapa de ese estado de nervios que hace mirar con lupa cualquier paso que se dé de cara a la opinión pública. Quienes están en el poder tiemblan por la posibilidad de perderlo, mientras que quienes están en la oposición ponen toda su esperanza en ganar las elecciones para mover los hilos de la sociedad. Y los nervios se traducen en movimientos que a veces no llegan a ser conocidos por la ciudadanía pero que se vislumbran en los anuncios de proyectos que llevan parados varios años, en las promesas de que el futuro cambiará nuestras vidas y, sobre todo, en las dichosas descalificaciones que se vierten sobre el adversario.