Fútbol El Cádiz CF, muy atento a una posible permanencia administrativa

Sisita tiene lo que hoy llaman poderío económico. Está de asesora en un comité de cuyo nombre no quiero saber. Las pasiones humanas enturbian todo idealismo, que se convierte entonces en un idealistmo. Fuera de su trabajo y su amistad con Elena Matabrune, lo que le interesa es la literatura sea del apellido que sea. Negra, histórica, taurina…

Cuando llegamos al Mesón, en la mesa, que debe ser mesona, por la pandemia, nos esperaban Lirondo de Laranda, Elena y la novia de la nalga de madera.

Al menos con vosotros puedo hablar. Yo no asisto a tertulias donde o no aprenda o no me relaje. Las pasiones humanas convierten a los seres en estatuas de mantequilla.

Cuando comes bien, al estilo de lo que escribe el gran Pepe Monforte, las presuntas preguntas de primer plano pasan por el tonteriómetro y se pierden en aras de otras más ocultas. Empiezan las evocaciones, los recuerdos, las anécdotas…

Sisita habla de los toreros imaginarios y los que se confunden con ellos. Ese plano de realidad virtual más viejo que la candela. Sisita conoce a dos taurinos de pro, Curro Orgambides de Diario de Cádiz y el doctor en Pediatría Juan García Cubillana. A los que adora.

Sisita saca a relucir el cuento El gallego y su cuadrilla, de Cela, protagonista del relato y que saca al Chicha, Adolfo de Dios, bizco del izquierdo, como la res, y a Cascorro, Valentín Cebolleda. No se puede rastrear por falta de fama o de notoriedad, a nadie vivo con ese nombre, y sin embargo es alguien en la becerrada donde nadie puede matar al toro viejo, por la obra de Cela y no por el pueblo de Toledo. Elena Matabrune añade: EI cuento reducido a su esencia puede ser una simple anécdota que el escritor eleva a tema literario. Lirondo asiente, la novia de la nalga, también.

Afirmo que el toro es un arte revienta bragueros y caraculiambros. Es decir que acaba con las teorías por el punto débil de toda teoría o sea su falta de comprobación al cien por cien, como las vacunas del Covid.

La gente asiente. Saca y reivindica, a su manera, el toreo femenino en la presunta dictadura, Independencia Trijueque, Gorda II o Filita Parra Cisneros, Salerosa, que se convirtió en Filito, tema hoy tan candente. En los postres, a la hora del Cointreau con hielo, la gente disuelve lengua y paladar y habla más relajado. La novia de la nalga, dice que en ese cuento, se puede aplicar la teoría lingüística de

Todorov: La literalidad es la capacidad que tiene el signo de ser aprehendido en sí mismo y no en la medida que remite a otra cosa.

La gente habla, según Lirondo de Laranga, de Pedro Rufo Sánchez, Decretitos, de Armenio Subordán, Vademécum, y de Horchatero Chico, muerto en el salón de plenos del Ayuntamiento, como tantos políticos, pero éste de verdad.

Y de Ismael Laurel, Cabezón de la Isla II, apiolado junto a las tablas por una vaca llamada Toronjita.

Como la que me abrió la nalga a mí, dice la novia de Laranga.

En ese instante, en la mesa de al lado, un tal Molés, judío errante, discute del pinchazo en el cuello, y afirma que cuello no viene del latín. Sisita salta, el latín collum, que se transforma en cuello por una diptongación ue en o breve, tónica.

Lo deja esparpitao. Y nosotros salimos con el vaso en la mano, camino de la piscina.

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