Dulcinea

Cervantes, por medio de Sancho y de Cide Hamete Benengeli, en la Isla, ínsula tuvimos una familia con el sobrenombre de Berengeno, y a Berenguer, como Berengel, habitante, como ella en el Toboso real. Definiciona así: "Bien la conozco dixo Sancho, y se dezir que tira tan bien una barra como el más forzudo zagal de todo el pueblo. Vive el Dador, que es moza de chapa, hecha y derecha, y de pelo en pecho, y que puede sacar la barba del lodo cualquier caballero andante o por andar que le tuuiere por señora ... que rejo tiene y que voz: se dezir que se puso un día encima del campanario del aldea, a llamar unos zagales suyos, que andauan en un barbecho de su padre, y aunque estauan de allí más de media legua, así la oyeron como si estuuieran al pie de la torre". ¿Era cierta la Aldonza, variante de Alfonsa? Vamos a darla por cierta, y vamos a reseñar locuras, vanidades, ecos de lo que ayer es tiempo del olvido.

Y es que Sancho, quien tendrá que azotarse por ella por obra y gracia del presunto encantamiento, cuando deciden visitar el Toboso, se vale de una de las estratagemas de su amo para salir del paso. Inventa que una maloliente villana de Sayago, montada en burra, es Dulcinea encantada. Este "descubrimiento" es motivo de gran pesar para don Quijote, y su deseo de desencantar a Dulcinea se hace tema central de la Segunda Parte.

Dulcinea, ha sido y perseguido y señalada y etimologizada, muchas veces. Desde la Lucinda de Lope, ayer amigo, después enemigo, Dulcinea en Cervantes. Dulce Ana, Dulzaina, dulcimel, dulciana, todos nombres de instrumentos musicales, a la "mujer a la que se ama", que es la definición de la Real Academia actualmente. Dulce y nea, dulce nuevo, y desde esa aspiración del ideal, fantástica, al Pacheco de Argamasilla quien tiene una hija que se llama Aldonza, que significa noble, dulce y preparada.

Se ha escrito, batiburrillescamente, por algunos cervantistas que ese nombre "perteneció a doña Ana Martínez Zarco de Morales, a la que Cervantes inmortalizó con el nombre de Dulcinea (Dulce Ana)", o que 'Dulcinea' era el nombre de la abuela de fray Luis de Aliaga, confesor de Felipe III. ¿Fue Aldonza Lorenzo la utilización de los nombres de Aldonza Cárdenas y Juana Lorenzo, amiga y prima de Catalina de Salazar, esposa de don Miguel? ¿Acaso Dulcinea tan sólo es, como opina Menéndez Pelayo la utilización de los personajes Dulcineo y Dulcina que aparecen en el libro VI de Los diez libros de Fortuna y Amor de Antonio Lofraso, obra que Cervantes cita irónicamente en su Viaje del Parnaso y en Don Quijote?

A mi modesto entender, en la ínsula Logar de la Puente, soy el admirador de Cervantes, y el único que tiene el Premio Literario Dulcinea, que convocó Acción Cultural Miguel de Cervantes en Barcelona. ¿Y mi Dulcinea, dónde estará? Cantaba Julio Iglesias, mientras yo creo que la Dulcinea inventada por Cervantes no se enteró de que ella era Dulcinea, ni sabremos la edad que separaba a ambos, ni…

Propongo que se cree en la Isla y sobre todo en Argamasilla donde tiene epitafio y tumba la simpar dama, el día mundial, que no existe, de la mujer que se bastaba a sí misma, de pelo en pecho, varonil, "y lo mejor que tiene es que no es nada melindrosa porque tiene mucho de cortesana, con todos se burla y de todo hace mueca y donayre".

Algo que redima del feminismo ismo y defienda a la mujer que es grande en sí misma. En estos tiempos, malos para la lírica, actuales y tristes, donde toda verdad ponga su alma, y toda piedra el edificio del respeto.