En ocasiones los días coinciden, y como no dedicar algunas palabras a una de las hermandades mas señeras del Puerto. Los miércoles de pasión portuenses se visten, siempre de un azul agradable que llena las calles. Y eso me lleva a pensar en una ciudad como El Puerto. Si la comparamos con las ciudades hermanas, ya sean Jerez o Cádiz, en ellas el numero de hermandades ha crecido, en el caso de Jerez casi en el mismo numero de Hermandades que se asientan en nuestra ciudad. Resulta curioso que, con sentimientos tan parecidos, con obispados que rigen tanto en Jerez como aquí, El Puerto siga estancado en hace decenios, iluminado por un par de nuevas hermandades y alguna que otra advocación que se abre hueco. La respuesta se puede observar de un solo vistazo. El Puerto se centra y vive del turismo, lo cual no es malo, pero el portuense puede no dar todo el ejemplo de respeto que el paso de una cofradía se merece. En estas fechas las calles se llenan, los bares no dan abasto, sobre todo en el centro, y los visitantes viven sus vacaciones como nosotros, ocupando las calles… y los bares. Nada tiene de malo que la economía de la ciudad se intensifique, nada tiene de malo que algunos rincones huelan a incienso, pero si miramos a las ciudades hermanas, no tan distintas de nosotros, el aire huele a incienso, se puede palpar en cada rincón de cada tabanco la Semana Santa, las notas de marchas llenan el ambiente, y quien visita esas ciudades no puede salirse de esa sensación. No es que no tengamos respeto, no es que no suenen marchas, no es que los pebeteros no ardan, pero falta algo. Quizás lleguemos tarde, quizás no, quizás las canteras se estén quedado huérfanas, o el aburrimiento lo domine todo, hasta el punto de no tener ni madrugada, hasta el punto de quienes lo viven prefieran vivirlo con los ojos puestos en otros lugares, sin tiempo para detenerse un momento aquí. Ni tengo ni quiero tener las respuestas. Me quedo con un Miércoles grande, azul, que todo lo llena, y con un sueño y la vista puesta en otras ciudades en donde han pasado de tres a seis en menos de dos décadas, y con mas empujando. Ni tengo ni quiero tener respuestas, ni señalo ni busco culpables, al fin y al cabo habría que tener ganas de hacer algo en una ciudad que desea que algo nuevo asome la nariz, para intentar hundirlo. Disfruten de un miércoles azul.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios