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En las entrañas de la historia de El Puerto de Santa María, donde el polvo del tiempo se asienta sobre pergaminos y escrituras, se encuentra un tesoro en peligro: los archivos municipales. Estos custodios del pasado, que albergan desde documentos del siglo XIII hasta la prensa local histórica de los siglos XIX y XX, se enfrentan hoy a una amenaza no por antigua menos preocupante: la falta de personal.

La situación es tal que el acceso a este legado se ve restringido con la atención presencial en el Archivo Histórico Municipal limitada a citas previas, y según parece hasta el mes de mayo ni siquiera eso. ¿Qué ironía es esta, que en un mundo sobresaturado de información instantánea, nos encontramos con barreras para acceder al conocimiento ancestral?

Y peor aún. ¿Qué diría Isidro Zarzosa de Ceballos, primer ‘archivista’ que tuvo El Puerto, si quisiera entrar en algunos de nuestros archivos y se diera con las puertas en las narices al encontrárselos cerrados? Cada documento en ellos tutelado es un hilo en la gran tela de la memoria portuense, y perderlos sería como dejar que se deshilache nuestra propia identidad.

Insto a la reflexión a quien corresponda sobre la importancia de preservar estos archivos no solo como un deber hacia nuestro pasado, sino como un puente hacia el futuro. Porque en esos papeles amarillentos y en esos pigmentos desvanecidos, está escrita la historia de El Puerto, con sus luces y sombras, sus triunfos y sus desafíos.

Y así, mientras “La voz de la bahía” o la “Revista Portuense” están honradas a través de la digitalización en el Archivo Histórico Municipal, uno se pregunta si no será el momento de digitalizar también la gestión de estos espacios, de modernizar su acceso y garantizar su supervivencia. Porque en la era digital, no hay excusa para que la falta de personal sea el cierre de la puerta a nuestra historia.

Creo que es hora de actuar, de tomar las riendas y asegurar que estos archivos, que son el alma de El Puerto, sigan latiendo con la vida de aquellos que los consultan, los estudian y los valoran. Porque al final, lo que está en juego es mucho más que papel y tinta: es nuestra memoria colectiva, nuestro legado y nuestra identidad como portuenses.

manolomorillo@hotmail.com

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