El Parque Natural de la Bahía de Cádiz es una realidad cada vez más valorada. Las salinas y esteros recobran consideración social por su valor ecológico, histórico, etnológico y productivo. La sal artesanal marina y el pescado de estero son productos naturales con un gran potencial. Los pinares, las marismas y las playas vírgenes del parque natural los disfrutan cientos de miles de personas.

Mucho han cambiado las cosas desde que hace más de tres décadas las asociaciones ecologistas presentaran el proyecto de declarar un parque natural en la Bahía de Cádiz para proteger unos espacios valiosos, pero por entonces, muy degradados. Las reticencias iniciales se fueron tornando en apoyos, hasta que en 1989 el Parlamento de Andalucía aprobó el parque natural.

Ahora, Ecologistas en Acción ha presentado un ambicioso proyecto para ampliar el parque natural. No es comprensible que zonas de alto valor ecológico, como pinares con la mayor biodiversidad de la provincia, las salinas más extensas, o zonas marítimas protegidas por la Unión Europea, estén fuera del parque natural.

Este proyecto -científica, técnica y jurídicamente riguroso- fue rechazado por el Pleno del ayuntamiento de El Puerto con unos argumentos que deberían avergonzar a los ediles que se opusieron a esta ampliación.

El portavoz del PSOE, David de la Encina, justificó su voto en contra porque ya se había rechazado en los ayuntamientos de Chiclana y Puerto Real, lo que es sencillamente falso. También argumentó que los parques naturales están obsoletos, sin explicar esta sorprendente afirmación, ni proponer alternativas.

Por el PP intervino Millán Alegre, que también se opuso con otra falacia, que los terrenos son privados. Al margen de que la mayoría de los parques naturales son terrenos privados, el 100% de los terrenos de El Puerto propuestos para incorporarlos al parque natural –Coto de La Isleta, Salina de Santa María y una zona de Los Toruños- son públicos. Y del total de la Bahía, sólo el 1,17% es privado. Ni las matemáticas ni el medio ambiente son los fuertes de este concejal.

Está claro que ninguno se había leído el proyecto. De los representantes municipales se podría esperar algo más de rigor, sensibilidad por el medio ambiente y defensa de lo público.