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Reapertura del Gran Teatro Falla

El Falla 'estrena' su nueva normalidad

  • Seis meses después, el coliseo vuelve a abrir sus puertas este sábado 26 de septiembre con normas diferentes para la entrada y salida, aforo a la mitad y gallinero numerado, entre otras medidas de seguridad

Lourdes de Vicente, autora del reportaje gráfico que da sentido a estas palabras, cruzó por última vez las puertas del Gran Teatro Falla el 12 de marzo de 2020 para fotografiar la espectacular escenografía del musical West Side Story, que esa misma tarde debía inaugurar la temporada de primavera del coliseo gaditano. El montaje contaba con un enorme cartel que no terminaron de colgar. Un presagio. West Side Story en el Falla fue un espectáculo que nunca se celebró, en una temporada que nunca existió, de una primavera que nunca llegó. Pero, cosas del destino, es ella, la autora de las últimas imágenes que tiene este periódico tomadas dentro del teatro de Fragela, quien algo más de seis meses después retrata de nuevo este Falla a puerta cerrada, tan igual y tan distinto del que, sin saberlo, se despidió aquel día y que hoy visita con la alegría de un estreno. Del gran estreno. El de la nueva normalidad del templo de la cultura gaditana.

Sin miedo –ni siquiera tras ver lo ocurrido en el Real– pero sí con mucho respeto y abiertos “a reajustar las medidas que hagan falta si cambian las circunstancias o si detectamos algún fallo en estos días”, dicen, nos abrieron las puertas del teatro hace unos días su responsable, Lorena Benot, su superior, el jefe de sección de Teatros de Cádiz, Pepe Bedoya y quien tendrá que, en primera línea de fuego, dirigir y supervisar el nuevo día a día del coliseo, el jefe de sala, Antonio González, que es quien nos hace de cicerone durante el recorrido.

Un periplo donde González nos explica, y enseña, en primicia los cambios a los que se ha sometido al Teatro de cara a la reapertura que tiene lugar, por fin, esta noche con la obra teatral Mrs Dalloway, con Blanca Portillo, que actuará para un coliseo con su aforo reducido al 51%.

625 personas que accederán al hall donde reparamos en varios nuevos elementos. Los primeros, tres puestos de chequeo de entrada, que antes no existían, protegidos con mamparas y con sus termómetros ya preparados sobre las mesas altas. Tres puestos que responden a las tres filas que se formarán en la plaza Fragela (según tipo de localidad) para acceder al coliseo que abrirá sus puertas una hora antes de que comience la función. “Sabemos que es complicado, pero nos gustaría que los espectadores fueran llegando a lo largo de esa hora y no todos cinco minutos antes para evitar lo más posible las colas”, ansía el jefe de sala.

El segundo, los dispensadores de geles hidroalcólicos, tan habituales ya en nuestro día a día; tanto como las mascarillas que también se dejan ver en este primer espacio del Falla ya que, como apunta González, “hemos comprado varios paquetes por si algún despistado llega sin ella”.

El hall del Gran Teatro Falla. El hall del Gran Teatro Falla.

El hall del Gran Teatro Falla. / Lourdes de Vicente

Miramos a izquierda y derecha y los cuatro arranques de escalera (dos por cada flanco) se quedan a la mitad puesto que se ha decidido “cegar uno de cada lado para crear un único flujo de tránsito de personas, así los pares subirán todos por una escalera, y los impares por otra”, precisa.

Y hasta el cielo llegamos primero. Hacia el Paraíso del Falla que es donde contemplamos, si se quiere, el cambio más sorprendente. Un gallinero numerado. “Al principio pensamos poner cojines, pero iba a ser peor para mantener la limpieza y, además, acabarían fuera de su sitio, así que optamos por poner estas pegatinas con la numeración, hacer la división por parejas y utilizando el sistema isla, es decir, que no tengas a nadie a los lados, ni adelante, ni atrás. Lo que ocurre es que como aquí estamos en grada no da la misma sensación de separación, pero la distancia está respetada en vertical y horizontal”, asegura.

El nuevo Paraíso tiene localidades numeradas. El nuevo Paraíso tiene localidades numeradas.

El nuevo Paraíso tiene localidades numeradas. / Lourdes de Vicente

Un mismo sistema que se lleva a anfiteatro, también reducido a la mitad y al patio de butacas salpicado de precintos que bloquean dos butacas por cada conjunto de localidades ocupadas. “En el patio de butacas hay butacas solas pero también para convivientes hay conjuntos de dos y de tres”, precisa.

En los palcos principales y segunda –que en la vieja normalidad acogían a seis personas por palco– hay diferentes opciones: palcos de dos, de tres y de cuatro personas, como máximo. Un recorte que también llega al palco municipal que baja de 27 a 17 localidades (8 del equipo de Gobierno, 4 para el PP, 3 del PSOE 1 para Ciudadanos y 1 para el grupo mixto). “Sí tengo que decir que hay mucha demanda para ocuparlas de cara a esta primera función. La mayoría de los políticos quieren estar en la reapertura del Falla”, confirma González.

Tanto ellos, los servidores públicos, como el público general, deberán estar sentados en sus asientos durante el espectáculo el máximo tiempo que les sea posible, tal y como se les recordará en la locución (una nueva locución aunque de nuevo con la agradable voz de la técnico de Cultura Carmen Segura) que ha sido grabada esta vez en español y en inglés. “Sí, ahí se recuerda que hay que tienen que estar en sus localidades, aunque si tienen que ir al cuarto de baño, pues claro, hay que ir (ríe), que tengan puesta la mascarilla en todo momento y que sigan las instrucciones del personal de sala”.

Medidas que de forma resumida también las podemos leer en las pegatinas que, a modo de entrada de espectáculo, adornan el piso del hall. Señales, que junto a las pegatinas de numeración y los precintos, han sido realizadas con bastante estilo por la empresa de El Puerto Viento Creativo que ha respetado la paleta de colores del Teatro, resultando un conjunto muy armónico.

Pegatina del hall, a modo de entrada de espectáculo, donde se recuerdan las normas de seguridad. Pegatina del hall, a modo de entrada de espectáculo, donde se recuerdan las normas de seguridad.

Pegatina del hall, a modo de entrada de espectáculo, donde se recuerdan las normas de seguridad. / Lourdes de Vicente

Con todo, para velar por el cumplimiento de estas medidas y por el buen desarrollo de las veladas en el Falla, se ha ampliado el personal. Así, además de contar cada noche de espectáculo con las 4 personas del personal de limpieza (antes de la pandemia sólo trabajaba una persona en temporada estable), el personal de sala se ha ampliado de 12 auxiliares a 17, además de los 4 vigilantes habituales. “Aunque haya menos públicos, necesitamos más control, sobre todo, por la salida”, acierta González.

Y es que, posiblemente, el mayor reto al que se enfrenta su personal es al desalojo del Teatro, que se realizará “de manera escalonada” y utilizando “las cinco salidas con las que cuenta el Falla”.Puertas como las de la Castrense y el Bar Falla, que normalmente sólo se utilizan en el COAC, cumplirán a partir de ahora una función también en temporada de teatro para “agilizar la salida” y contribuir “a que el público no se agolpe en un solo espacio”.

Plano con el nuevo aforo del Gran Teatro Falla. Plano con el nuevo aforo del Gran Teatro Falla.

Plano con el nuevo aforo del Gran Teatro Falla.

De todas formas, “será nuestro personal el que vaya dando la orden para salir del teatro por zonas”, advierte González que detalla que “primero saldrá la platea, después butaca junto con palco principal, porque como cada uno tiene su propio camino y su propia puerta de salida, la gente no se cruza, después anfiteatro y segundo y, por último, Paraíso”.

El profesional espera que la gente cumpla y no se desespere (“como mucho no creo que se tarde más de 10 minutos en desalojar el teatro”) porque todo esto es por su seguridad.

Nos encaminamos hacia la salida, la que siempre se ha utilizado cuando el teatro duerme, la trasera. Un detalle de vieja normalidad. Lourdes vuelve a sacar la cámara, una más antes de irnos. Tú dispara. Que nunca se sabe...

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