Cultura

Leopoldo Pomés, usted sí que sabe

  • El último Premio Nacional de Fotografía, autor de la imagen de Terry

Leopoldo Pomés, ante su famosa fotografía.

Leopoldo Pomés, ante su famosa fotografía.

No creo ni aplaudo la trayectoria de los creadores a través de los premios. La lista está llena de nombres que no recibieron laureles, a pesar del talento visionario de sus trabajos. Hay que reconocer que si para algo sirven, es que alejan del olvido a determinadas firmas, como es el caso de Leopoldo Pomés (Barcelona, 1931), que merecidamente ha recibido hace unos días el último Premio Nacional de Fotografía. Un heterogéneo autor que en algún momento de su carrera como fotógrafo y publicista nos ha quedado algo cerca de estas toponimias, ya que aún siguen colgadas en bares y ventas de carreteras las fotos que tomó para las campañas de la compañía bodeguera Terry hace cincuenta años. Donde una enigmática y rubia amazona llamada Margit Kocsis flotaba al trote descalza, sensual y a pelo con pelo encima del caballo cartujano de nombre Descarado, por líneas de playas infinitas, iluminadas por las últimas luces vespertinas. Erotismo implícito algo tabernario, dado que siguen siendo estos espacios del vulgo los que mantienen colgados en sus paredes un arte gráfico demasiado moderno para la época, y que el tiempo sólo lo ha envejecido en el mensaje, pensado exclusivamente para hombres, como tanta publicidad que se ofrecía en el momento. Al hilo de esto último y de forma paralela, también permanecía el otro reclamo para el brandy Centenario 'Terry, me va. Usted sí que sabe' protagonizado por Nico, vocalista de la aclamada banda de rock The Velvet Underground. Estaba claro que Pomés, al igual que Hitchcock, sentía predilección por las modelos de cabellos güeros. Y es que no es lo mismo una botella de brandy enmallada junto a un señor de gesto enjuto, que acompañada por una bella rubia, aunque fuera de bote.

Director creativo, publicista y fotógrafo, en la memoria quedan sus celebérrimos anuncios para Freixenet, Leopoldo Pomés se diferenció de sus coetáneos catalanes (Masats, Miserachs, Terré, Maspons) por el interesante trabajo que también produjo dentro del estudio; con el briefing de las agencias, las luces controladas, los fondos neutros y unos elementos plásticos definidos. Los fotógrafos antes mencionados se afanaron en construir la memoria gráfica de pueblos y ciudades, protagonistas y rituales, a veces con un tono neorrealista y otras simplemente documentando un espacio político como fue la autarquía en las décadas de los 50 y 60. De esos años, en la Barcelona que acogió el fenómeno del boom de la mano de agentes literarias como Carmen Balcells, al movimiento de intelectuales autóctonos denominados como la Gauche Divine, destaca a mi entender el retrato que le hizo al escritor argentino Julio Cortázar, enhiesto con esas grandes manazas en primer plano y la mirada tan humanamente digna.

josé tejero

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