Harry McCoy lo da todo por Glasgow

Una de de las sagas policiacas más potentes y redondas de los últimos años tiene nuevo título. Desde que el escocés Alan Parks Alan Parksnos sorprendiera con Enero sangriento han sido miles los lectores que han quedado atrapados por su narrativa, tramas cuidadas y unos personajes anclados en la complicada década de los 70 en Glasgow. Allí Harry McCoy debe luchar con adictos a la heroína, con proxenetas, gánsteres y hasta terroristas. Tras tres títulos –el antes citado y que arrancó la serie, Hijos de febrero y Bobby March vivirá para siempre– en este primer mes de 2023 estamos de enhorabuena con un nuevo título: Muerte en abril, que al igual que sus antecesoras está editada por Tusquets y que saldrá a la venta el próximo 18 de enero.

Estamos en abril de 1974 y es Viernes Santo cuando una bomba casera estalla en un piso de Woodlans, un barrio pobre de Glasgow. ¿Qué hace una bomba allí? ¿Será el IRA? Al fin y al cabo, y según el agente Harry McCoy, Glasgow es como Belfast pero sin bombas. En el piso encuentran un cadáver (o parte de él, pues el resto está repartido por todo el comedor). Alguien estaba construyendo una bomba y le ha estallado en las manos. En plena investigación, un hombre aborda a McCoy en un pub donde están de celebración con la familia de su colega Wattie, que acaba de ser padre. Ese desconocido, llamado Andrew Stewart, es un rico estadounidense cuyo hijo (marine, veintidós años, seis meses de servicio en el USS Canopus) lleva tres días desaparecido; está desesperado, y tras recurrir en vano a todos los medios oficiales, acude a McCoy en busca de ayuda. Así arranca la trepidante cuarta entrega de las novelas protagonizadas por McCoy, donde la trama principal siempre viene aderezada por otra secundaria igual de interesante y que completa un realista fresco de una ciudad tan apasionante como endemoniada en unos años duros para buena parte de sus habitantes.

De Escocia nos han llegado algunos de nuestros detectives preferidos, como John Rebus, nacido de la pluma de Ian Rankin, quien desde que Parks llegó al panorama literario lo ha seguido y piropeado sin tapujos.

Y es que en los libros protagonizados por McCoy no faltan elementos tan propios de las novelas negras más duras como la corrupción policial, mucha violencia, aberraciones sexuales contra chicas que se ganan la vida vendiendo sus cuerpos y las desoladoras consecuencias de la irrupción en la sociedad de la heroína, que corría por las calles del Glasgow de los 70 como un caballo desbocado.

Posiblemente esta cuarta entrega de McCoy sea la más dura de la saga. Un autor indispensable para los aficionados a la buena novela negra.

La novedad: ‘El santuario del diablo’, intriga sueca en los Alpes suizos

La editorial Siruela ha empezado el año fuerte con una serie de títulos muy interesantes en su colección policiaca. Entre ellos vamos a destacar El santuario del Diablo, de Marie Hermanson. La escritora sueca es una de las más nuevas voces del género negro escandinavo y en esta ocasión teje un thriller apabullante. La historia arranca en Himmelstal, la exclusiva clínica de reposo en un valle de los Alpes suizos donde está internado Max, el hermano gemelo de Daniel, y que parece un lugar idílico. Hay ríos de agua cristalina, en el restaurante puede degustarse un excelente menú acompañado de un buen vino y el personal es sumamente atento y servicial. Por eso Daniel accede de buena gana cuando Max le pide que ocupe su lugar durante unos días para poder salir y solucionar un asunto de deudas con el grupo mafioso que amenaza a su novia. ¿Qué puede haber de malo en pasar una temporada en tan agradable lugar? Pero cuando su hermano no regresa en la fecha convenida, Daniel empieza a temer que ese valle sea el último lugar que verá en esta vida…

Adaptada recientemente a la televisión, Marie Hermanson saca el máximo partido en esta absorbente novela a todos los ingredientes del más oscuro e inquietante thriller escandinavo. Un libro para pasar unos ratos de mucha inquietud.