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Patrimonio Cádiz

El CAS trabaja en inteligencia artificial y nuevos sondeos en La Caleta

  • Junto a la Universidad de Valencia y la UCA se está realizando el Proyecto Carabela, que lee y traduce legajos antiguos, y otro documental y de prospecciones no intrusivas por la zona

Dos proyectos paralelos pero de alguna manera vinculados entre sí se abren en el horizonte inmediato del Centro de Arqueología Subacuática (CAS). Se trata del Proyecto Carabela y el Proyecto Caleta, el primero de los cuáles se lleva a cabo con la Universidad Politécnica de Valencia y utiliza la inteligencia artificial en el ámbito de la documentación, mientras que el segundo se afronta junto a la UCA para ahondar en el ámbito de la búsqueda documental y la puesta en marcha de prospecciones no invasivas en el área de La Caleta.

Así lo cuentan los protagonistas de ambas iniciativas, con Carmen García Rivera como directora del CAS al frente. Entre ellos, Carlos Alonso, técnico del CAS, que trabaja en este asunto junto a Enrique Vidal de la Universidad de Valencia, y que explica que el Proyecto Carabela “nace de la necesidad del centro desde el ámbito de la documentación de acceder a los archivos a través de las nuevas tecnologías, de inteligencia artificial y redes neuronales”. Concretamente, añade, se trata de crear un sistema que permita buscar en un archivo de una manera automatizada”. Para este proyecto, que no deja de ser un prototipo en desarrollo, han usado y cargado documentos del Portal de Archivos Españoles y del Archivo Provincial de Cádiz, “en torno a unos 150.000 documentos, con los que se está haciendo un aprendizaje de algoritmos que permitirá la transcripción de aproximadamente 500 o 600 documentos”.

Hay que tener en cuenta que se trata de legajos del siglo XV al XVIII, cuya grafía es en muchos casos casi ilegible para los historiadores, y este sistema no sólo permitiría buscar un documento concreto a partir de términos determinados, sino que los procesa y los traduce. Toda una innovación en este campo que restaría muchas horas de trabajo a los investigadores.

De este modo, profundiza Carlos Alonso, “se le ha enseñado determinadas letras de estos siglos, pues en aquel momento había mucha tipología diferente de letra, en función de si el cribano lo hacía mejor o peor, la prisa que tuviera, el tipo de soporte que utilizara, etc”. Un sistema de lectura que va evolucionando a medida que se va avanzando, de modo que la interfaz empieza a leer de forma más ágil.

Con dos años de trabajo a las espaldas, el proyecto ya va bastante avanzado, de modo que concluye en octubre con la esperanza de “que tenga una segunda parte”.

Por otra parte, del Proyecto Caleta hablan Alberto Gullón, del departamento de Historia Moderna de la UCA y Mila Alzaga, del CAS. Una iniciativa que cuenta con dos vertientes, “por una, la búsqueda documental de embarcaciones que han tenido algún tipo de accidente y se han hundido en estas aguas”, y por otra, las prospecciones.

Para la fase documental han buceado en fondos del Archivo de Indias, Simancas y el Archivo del Viso del Marqués, que es de la Marina y que han visitado recientemente. “Tenemos mucha información todavía por procesar, sobre todo de la segunda mitad del XVIII, XIX y XX, pues la documentación más antigua, desde época fenicia y romana, la ha proporcionado el CAS”, asevera Gullón, quien añade que “el fin es dar una perspectiva distinta, que es ver la tierra desde el mar y toda la acción antrópica desde la antigüedad en la Caleta, así como estudiar la importancia de las ciudades portuarias”.

Esto se suma a las prospecciones, que lidera Mila Alzaga junto a Felipe Cerezo de la UCA, y que consistirá en una prospección geofísica con una ecosonda paramétrica, “que es un sistema no intrusivo que va colocado en una embarcación del Instituto Hidrográfico que emite pulsos acústicos que proporcionará información de la estratigrafía de la Caleta”.

Una información que se cotejará con la existente tanto documental como oral para volver a trabajar en septiembre la zona de forma exhaustiva, en cinco pecios. “Esto servirá para obtener más información y darle una cronología más precisa al pecio, de cara a futuras intervenciones”, explica la directora del CAS. Y es que son 64 los naufragios documentados hasta el momento y diez constatados arqueológicamente. Una cifra que podría variar con este proyecto, que seguramente arroje nuevos datos sobre algunos de ellos y otros desconocidos.

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