Arte

Alejandro Botubol, Medalla de Oro en el certamen de Artes Plásticas de Valdepeñas

  • El triunfo del pintor gaditano constata el espléndido momento de la pintura en la provincia de Cádiz, que está ofreciendo su mejor imagen y se sitúa en lo alto de la actualidad artística

‘Gran eclipse solar’, la obra ganadora de Alejandro Botubol.

‘Gran eclipse solar’, la obra ganadora de Alejandro Botubol.

Que, en los últimos años, la provincia de Cádiz está dando al conjunto del arte contemporáneo español –sobre todo a la pintura– importantes artistas, no es, a estas alturas, una noticia de primera magnitud. La constatación está al cabo de la calle y, sin solución de continuidad, nos encontramos creadores gaditanos en los primeros planos de la actualidad por sus grandes éxitos, bien sea en forma de exposiciones importantes, bien copando el palmarés de los mejores certámenes. Los nombres de José Carlos Naranjo, Javier Palacios, Nacho Estudillo, Antonio Lara, Ana Barriga, Cristina Mejías, Fernando Clemente, Juan Ángel González de la Calle, Natalia Domínguez, José Antonio Chanivet, Manolo Cano, Carmen Bustamante, Paco Pérez Valencia, entre otros muchos, son valores seguros de un arte en abierta expansión. Junto a ellos, otros grandes nombres del arte gaditano actual están exponiendo sus obras en espacios de importancia y ofreciendo una imagen de absoluta trascendencia artística. Eduardo Millán, en la Sala Pescadería de Jerez; Pablo Fernández-Pujol, en el Castillo de Santa Catalina de Cádiz; Antonio Aparicio Mota, en el Centro de Documentación de Chiclana; David Saborido, en la Galería Manolo Alés de la Línea; Alfredo Zarazaga, en A Poniente de El Puerto, o Willie Márquez, en la, también portuense, Fundación Osborne. En la concursística de mayor interés, asimismo, los autores gaditanos han ofrecido su mejor imagen y se han visto en lo más alto de una realidad artística que, con lo poco que existe por culpa de la pandemia, centra el interés para que los creadores puedan canalizar y difundir su trabajo. En este sentido hay que decir que, en los últimos tiempos, Eduardo Millán se hizo con el primer premio del Certamen Internacional Comunidad de La Rioja; certamen en el que, el también jerezano, Antonio Lara, obtuvo otro de los principales premios. En el conocido Concurso de Tomelloso, de los más ansiados por los artistas, Pepe Baena fue uno de los pintores con obra adquirida gracias a la unánime valoración de un jurado presidido por Antonio López. También en otro de los certámenes con mayor aceptación de España, la Exposición Internacional de Artes Plásticas de Valdepeñas, el pintor gaditano Alejando Botubol se ha hecho con uno de los prestigiosos premios, la Medalla de Oro de su octogésima segunda edición. Todo un mérito en un momento que hace pensar que el arte que tiene como germen impulsor Cádiz y su provincia es de los más dulces y de mayor trascendencia de los últimos tiempos.

Alejandro Botubol es gaditano de 1979 y, desde muy joven, demostró que la pintura moderna no tenía secreto para alguien que ha ido depurando unas formas hasta encontrar en la luz y el color un camino expresivo de particularísimo lenguaje plástico, dominio de la esencia pictórica y acertado planteamiento formal. El pintor gaditano ya dejó hace tiempo de ser un valor en alza, una apuesta emergente segura, para convertirse en una realidad absoluta dentro de una pintura a la que él concede especialísimos argumentos, tanto en el fondo como en la forma.

El artista gaditano, cuyo paso expositivo por Cádiz –individuales en el ECCO y en la Sala Rivadavia–, mostró una fortaleza y una lucidez creativa fuera de serie, se encuentra, ahora, en ese estamento importante donde la historia artística posiciona, sin muchos argumentos equívocos, a sus más acertados artistas. Por eso, este pintor, afincado en Madrid y participante de los mejores acontecimientos artísticos del momento, se encuentra en ese espacio de solvencia creativa hasta donde llegan los mejores y hace vislumbrar una continuidad de importancia y situada entre lo más selecto del arte español del momento. Por lo pronto se le avecina, para septiembre, una exposición individual en la galería gijonesa Llamazares; una galería de suma significación, presente en los importantes acontecimientos artísticos existentes en la actualidad. La muestra tendrá como título Agua del tiempo y, según cuenta el artista, contará “con obras empezadas durante el confinamiento, en mi estudio de Madrid, añorando el paisaje gaditano”.

La obtención de la Medalla de Oro de la Exposición de Valdepeñas no viene nada más que a recalcar un trabajo lleno de entusiasmo donde la pintura abstracta alcanza una posición extrema, con los relatos expresivos del color marcando una realidad reduccionista de mínimos que dejan entrever una pintura esencial, con los recursos cromáticos muy bien situados para que desarrollen las marcas ilusionistas de una referencia pura donde la evocación de la luz existente en la Bahía gaditana compone una realidad mediata supeditada sólo a los efectos coloristas, sin los elementos concretos que definan un espacio, y que Alejandro Botubol sustituye por la presencia misteriosa de un color manifestado pulcramente para que defina, sin desarrollos imitativos, una realidad adecuadamente desarrollada. Gran eclipse solar es una obra que deja en suspenso los límites relatores de lo concreto para generar una impresión sugerida desde las sabias posiciones de unos colores puros que evocan más que definen. En la pintura del artista gaditano se realiza un exacto discurso de los argumentos de la gran pintura abstracta, aquellos que sólo dejan entrever mínimas referencias y elevan lo esencial a la máxima categoría plástica.

Con este galardón, Alejandro Botubol nos constata su buen momento creativo, su posición en lo más selecto de la pintura española y su horizonte diáfano en un arte que, desde Cádiz, se abre con sabias y acertadas argumentaciones.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios