Provincia de Cádiz

La provincia tiene una red de medio centenar de familias de acogida

"Todos hemos escuchado historias y leído noticias de cómo se puede conseguir un niño en China y está muy bien que la gente lo haga, pero, sin embargo, muy pocos conocen cuál es es el procedimiento para tener un niño en acogida durante unos meses en el tránsito entre la retirada de su familia y los trámites de adopción". Rocío Vera es psicóloga de la asociación Márgenes y Vínculos, entidad colaboradora de Integración Familiar de la Junta de Andalucía, y una de sus tareas es trabajar con las familias que se ofrecen a integrarse en la red de acogimiento, darles a conocer cuál es realmente su tarea con estos niños que son retirados de la tutela de sus padres por cualquiera de los motivos que aparecen en el artículo 23.1 de la ley de 1998 del Código Civil. "El acogimiento es el gran desconocido", reconoce.

Con ese motivo, Márgenes y Vínculos, que, junto a la católica ACCAM, se dedica a la gestión de acogimiento familiar ajeno en la provincia, va a lanzar una nueva campaña de captación de familias: "Familias 100% corazón. Únete a la gran familia de acogedores". Para conseguir toda la información se puede llamar al número gratuito 900 35 44 28 o a través de la muy cuidada página de la asociación en internet.

La situación no es desesperada porque se puede ir situando niños con la actual bolsa de familias acogidas al programa, un total de 53, pero la crisis ofrece datos que empiezan a preocupar a partir del próximo año. La debacle económica genera desestructuración familiar, lo que está suponiendo un incremento de los niños retirados a sus familias biológicas. Hasta ahora la cifra se situaba en Andalucía en unos 230 niños retirados al año. Naturalmente, las cifras del 2012 no se han cerrado, pero sí se sabe que ya está por encima del año anterior y, como recurda Rocío Vera, "cada vez a edades más tempranas".

En la provincia de Cádiz hay alrededor de unos 600 niños tutelados por la Junta. Hasta ahora, el programa de acogimiento no había parado de crecer, como demuestra que en 2011 17 familias más enviaran una solicitud para sumarse a la tarea. Sin embargo, en 2012 ese número ha descendido drásticamente. Sólo cuatro lo han hecho, pese a que se recibieron 90 llamadas solicitando información. "Y aquí sí entendemos que existe una relación directa con la crisis. A las familias se les pide, naturalmente, unos recursos mínimos para poder hacerse cargo económicamente del niño. La Junta ayuda con una pequeña aportación que no viene mal, pero habitualmente tarda en llegar". Hay familias dispuestas que dan un paso atrás al pensar en los gastos de más que acarrearía en una situación de recortes, pese a que en la asociación advierten de que no son tantos.

El acogimiento familiar necesita todavía mucho recorrido para instalarse como una de las fórmulas más adecuadas de protección familiar, tal y como demuestra el éxito casi total del programa. Al contrario que en las adopciones, no se produce el rechazo una vez que las familias son concienciadas de cuál es su tarea. Y esa tarea es establecer lazos afectivos y eliminar del consciente del niño sensaciones que llevan muy enraizadas como es la culpabilidad por unos hechos, los que le han llevado a que sus padres pierdan la custodia, de los que, son víctimas. "Lo que se pide a esas familias es recuperar la autoestima del niño, quitarle la idea de que no merecen ser queridos y, en ningún momento, estigmatizar a sus padres biológicos. Simplemente, sus padres no les han podido cuidar. Conseguir esto es mucho más sencillo de lo que parece. Con un entorno tranquilo, ordenado, el niño reacciona rápidamente a esos estímulos positivos".

Lo ideal es que los servicios sociales trabajen para devolver a los niños a sus padres biológicos, pero esto se da en muy pocas ocasiones. "Cuando el niño se le retira a sus padres es porque la situación ya se ha visto muy deteriorada y es muy difícil recuperar un entorno familiar estable". En realidad, la familia de acogimiento suele ser un puente para la adopción, pero esa familia (o solteros, o viudos -el término familia se usa de manera genérica-), que realiza un papel crucial, tiene que tener claro que ellos no son los que adoptan.

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