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Provincia de Cádiz

El pequeño comercio saca pecho frente a las grandes superficies

  • El sector minorista de la provincia está vivo y se hace fuerte en los centros urbanos frente al bosque de mayoristas de las periferias. Tradición, consolidación y unión han sido las claves de su supervivencia

Son la cara del alma de los pueblos. Las puertas y ventanas por las que se cuela la identidad de las ciudades, la máxima expresión de su vitalidad o su decadencia. Los comercios son más que empresas. Sobre ellos pesa la historia, la tradición, pero también la responsabilidad de ser el escaparate por el que se vende cada localidad.

Cádiz, la provincia, lo sabe, y puede jactarse de tener un comercio vivo, saludable con sus achaques habituales, rejuvenecido sin perder el estilo añejo... pero, sobre todo, consolidado e integrado. Quizá es ésta su mayor virtud: su fuerte raigambre en los entornos urbanos hasta el punto de que ha permitido crear lo que Mario Fuentes Ruiz y Joaquín Arbide han denominado centros de convivencia y negocio (Comercio y Comerciantes de Andalucía: la vida del comercio narrada por sus protagonistas).

El vínculo no se ha perdido. Cádiz con sus chicucos, Jerez con su vino, Ubrique con su marroquinería, Barbate con su conservas o Tarifa y El Puerto, con sus apuestas por el diseño y las vanguardias... Esta identificación, indisociable ya de cada una de ellas, se ha logrado mantener gracias al esfuerzo de modernización y la unión de los empresarios a través de exitosas iniciativas de márketing como galerías, centros comerciales abiertos o centrales de compra.

Ambos factores, junto al desarrollo del turismo y el resurgir de no pocos oficios antiguos en la Sierra, han sido determinantes no sólo para la subsistencia, sino incluso para el crecimiento del negocio tradicional. A finales de 2007, la provincia contaba con un censo de 25.740 comercios minoristas, un 18,2% más que cinco años antes, según el Anuario de La Caixa. Es una cifra nada desdeñable si se considera que en todo Cádiz hay 75.000 establecimientos empresariales; es decir, uno de cada tres negocios se dedica al comercio al por menor.

El sector es hoy en día más numeroso que a principios de siglo, pero también más fuerte, ya que según el índice que realiza este anuario, la actividad gaditana representa en la actualidad un 2,853% del total nacional, casi dos décimas más que en 2002. Mientras en el mercado español el pez grande le come poco a poco terreno al chico, en Cádiz, David todavía mantiene el tipo y planta cara a Goliat. De hecho, el peso de los mayoristas gaditanos (4.060 establecimientos) en el conjunto español es mucho menor y también ha crecido menos desde 2002: del 1,717% al 1,821%.

Las localidades con mayor movimiento comercial (tanto por número de actividades como por facturación) son Jerez, Algeciras y, en tercer lugar, Cádiz, que ha cedido el segundo puesto quizá como síntoma de la apatía socioeconómica que arrastra desde los años 90.

La capital, en cambio, sí que conserva esta posición si se considera exclusivamente el negocio tradicional de alimentación, un subsector fundamental que también ha aprovechado los años de auge para crecer (+9,1%), pero que tiene una férrea competencia cada vez más implantada en las ciudades: los supermercados, que ya suman 945 en toda la provincia tras la apertura de 175 en el último lustro (un 32,4% más). Pese a esta mayor expansión de las medianas superficies en los cascos urbanos, el comercio tradicional mantiene una alta presencia en las ciudades gaditanas, donde aún representa casi el 40% de toda la superficie dedicada a alimentación.

El triángulo jerezano-algecireño-gaditano concentra más de un tercio de toda la actividad de la provincia, pero no sólo por la demanda que genera la población residente en estos grandes municipios, sino también por la denominada gravitación del entorno. Las tres localidades cabecera de comarca absorben clientela de los municipios de su entorno, un fenómeno que es especialmente intenso en el caso de Jerez, que atrae a la población de toda la Sierra y con ello, consigue multiplicar su mercado potencial.

Sin embargo, los resultados cambian ostensiblemente al analizar la ratio por población, que demuestra el grado real de cobertura del mercado y la densidad comercial que se registra en cada punto. La media provincial es de un negocio por cada 46,9 habitantes, lo que supone un nivel ligeramente deficitario en comparación con Andalucía, donde el promedio es de un establecimiento por cada 43,9 vecinos.

La localidad gaditana con mejor cobertura es Rota, que tiene un comercio por cada 33,8 vecinos, y le siguen Algeciras y El Puerto, con 36,6 y 37,8, respectivamente. En el extremo opuesto, los municipios con el tejido comercial menos tupido son Arcos, donde cada local da servicio a 66,4 habitantes; San Roque, que pese a tener una gran actividad económica e industrial, tiene una ratio de 55,9, y Puerto Real, con 54,4.

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