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Provincia de Cádiz

Más humos que bicis en la ciudad

  • En Jerez y La Línea están las zonas donde peor se respira, dos ciudades que, precisamente, tienen la menor red de carril-bici

El aire que respiran los gaditanos no es tan malo como lo pintan. Al menos así se desprende de los datos que recopila a diario y en tiempo real la red de control de la Junta de Andalucía. Los principales agentes contaminantes en toda la provincia son las partículas menores de 10 micras -invisibles pero muy perniciosas para el aparato respiratorio- y el ozono, cuya presencia en las capas bajas de la atmósfera resulta perjudicial para el hombre a pesar de que supone un escudo para la radiación solar. El tráfico y las industrias son, claramente, los principales causantes.

En términos generales, la calidad del aire gaditano es mejor que en las provincias de Huelva, Sevilla, Almería, Granada y Jaén en volumen de partículas en suspensión. Atendiendo a la media anual de concentración de estos elementos, los lugares donde peor se respira en la provincia son el polígono del Zabal (La Línea) y la zona de la Cartuja (Jerez), ambos con niveles por encima del límite legal. La contaminación es objetiva porque en las mediciones se filtra la presencia en el aire de partículas de origen biológico, como las atraídas por los vientos desérticos. Si se computan los datos relativos a la media diaria, los lugares con peor calidad son, nuevamente, la Cartuja jerezana y la zona del Chapín, así como la avenida Marconi de Cádiz.

Respecto al ozono, generado por la acción solar sobre restos de hidrocarburos, las mayores concentraciones se producen en el extrarradio de las ciudades y complejos industriales. Los límites se han superado con mayor asiduidad durante el pasado año en la zona de Los Cortijillos (Los Barrios), Prado del Rey y San Fernando.

La red de vigilancia ambiental, con más de 60 medidores en toda la provincia, también controla las concentraciones de otros agentes como el benceno, dióxido de azufre o dióxido de carbono. Además, existen equipos móviles que permiten acudir allí donde pueda surgir un incidente para garantizar que no se superen los umbrales máximos y, en caso contrario, poder adoptar medidas correctoras.

La industria gaditana es uno de los focos de contaminación, pero su control está más avanzado respecto a otros territorios de Andalucía. En el Campo de Gibraltar, el control de las emisiones del sector secundario se realiza sobre nueve industrias mediante 210 sensores repartidos en 29 puntos. Aportan hasta 19.000 datos diarios y suponen una comunicación bidireccional con la Junta para evitar la superación de los límites máximos.

Esto en la periferia, mientras que en la ciudad, el tráfico sigue siendo así el caballo de batalla. Y no será por la falta de alternativas que se han visto factibles y muy ventajosas en otras ciudades como Vitoria, Valladolid, Córdoba y, recientemente, Sevilla. En la provincia gaditana, la respuesta ante esta ventaja comprobada es ínfima. Jerez no tiene homologado; Sanlúcar dispone de 2,5 kilómetros; La Línea, de 5,7; en Cádiz no pasan de los 6,5 y en El Puerto se rondan los diez. Es irrisorio y la ratio por habitante, mísera: 1 por cada 25.600 sanluqueños, 1 por cada 19.700 gaditanos...

Un oasis, tan impracticable para las dos ruedas como el propio desierto, porque no sólo es cuestión de poco recorrido, sino que la mayoría de estos suelen estar inconexos y situados en las periferias. Pero no sería justo hacer este repaso crítico sin reconocer una excepción: Chiclana, que con sus más de 60 kilómetros, muchos a lo largo del litoral, ha sabido proporcionar a sus vecinos y a sus turistas europeos una mejora de movilidad.

Este binomio de calidad del aire y transporte sostenible son claves para determinar la calidad de vida y por desconocidos se han querido destacar en este primer Observatorio. Pero también hay otros factores básicos: justicia, salud, educación y ocio. En esto último, el cine es el mejor indicador y, como tantos otros consumos, los espectadores -y las salas- han bajado en la primera parte del año. En salud hay menos camas por habitante que en Andalucía, pero más profesionales, aunque lo más destacado es la altísima lista de espera quirúrgica que sufren los pacientes de Puerto Real, con 61 días de media. En educación también una de cal y otra de arena: hay más alumnos por profesor en Infantil, Primaria y Especial, pero mejora en la Universidad.

Y, finalmente, la justicia, donde hay que observar dos aspectos: los juzgados gaditanos están más congestionados que la media andaluza pese a que el volumen de asuntos en trámite por juzgado es menor, lo que lleva a concluir que el personal judicial es más limitado. En lo que sí despunta Cádiz negativamente es en el área de violencia doméstica: aunque el número de delitos es proporcional a su población, la actividad judicial es mucho mayor, con casi el mismo número de órdenes de alejamientos dictadas que en Sevilla y casi tantas como en Málaga, primer foco de esta lacra.

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