Las pymes critican la actitud de los bancos ante la crisis empresarial
L Dificultades en la actividad económica comarcal
El empresario Manuel Piedra se pregunta a dónde van los fondos que el Gobierno inyecta a las entidades financieras porque éstas se niegan a facilitar dinero a las pequeñas y medianas empresas
Muchas empresas, especialmente las pymes deben hacer encajes de bolillos para afrontar la cruda realidad de la crisis económica y no quedarse por el camino. Las pequeñas y medianas empresas del Campo de Gibraltar representan un claro ejemplo. Manuel Piedra, que dirige la empresa Transpiedra, dedicada entre otras actividades a la recogida de residuos sólidos inertes y urbanos procedentes de actividades industriales, nos relata la cruda realidad.
De alguna forma es un privilegiado porque desde hace cuatro años la facturación no ha parado de crecer y no le falta trabajo. El que su negocio esté diversificado influye. Sin embargo, su área relacionada con el sector de la construcción sí se ha visto directamente afectado. Del 60, 70 u 80% de actividad relacionada con este sector se ha pasado a un 5 ó 10%.
Pero esta crisis ha ido encadenando a distintos sectores. Piedra explica que las constructoras, no las pequeñas ni las muy grandes, "han ido alargando cada vez más los pagos, porque han querido sacar más rendimiento a ese dinero que llegaba a espuertas". Así, explica que las empresas, que como la suya, cobraban a 60 ó 90 días, deben afrontar ahora el cobro a 150 ó 180 días". Las grandes constructoras, como Safir, Dragados o Fomento, atrasan sus pagos hasta 210 días "y si cae en agosto o diciembre, otro mes más", añade. Sin embargo, las empresas deben hacer frente a los pagos de la hipoteca y de los salarios, entre otros.
"Tengo por delante meses y meses de pagos que me tienen que llegar, que tengo comprometidos y tengo que poner una vela a un montón de santos para que cuando, en seis meses, llegue el momento de vencimiento de los pagarés no me vengan devueltos". A partir de abril o mayo "la crudeza será total".
Piedra, miembro de la directiva de la Federación de Empresarios del Campo de Gibraltar (FECG), menciona la actitud de los bancos, de quien dice que "les sirve cualquier excusa para no darte dinero, y una de ellas es que te están devolviendo pagarés, pero es que quien los devuelve es mi cliente, no yo".
Piedra lamenta que el dinero que se está inyectando a las entidades financieras no le está llegando a las pymes y dice que estarán "saneando sus propias cuentas o sus propios activos tóxicos". Piedra insiste en que a dónde va ese dinero porque luego "no tienen capacidad para adelantarme los 60.000 u 80.000 euros que una empresa me adeuda por el aplazamiento de los pagos".
Destaca que una vez que se entra en ese círculo es complicado y hay empresas que no lo pueden afrontar. "Llega un momento en que ya no puedes respirar y empiezas a dejar de pagar". Algunas empresas "quizás se estén rindiendo muy fácilmente", pero también reconoce que cuando te devuelven 60.000 u 80.000 euros, y tienes la Seguridad Social o Hacienda, si puedes, "te quitas de en medio".
Un dato objetivo es la falta de liquidez que las devoluciones de pagarés va provocando en las empresas. Sin embargo cuando buscan una solución en un banco exigen que la empresa esté libre de cargas, lo que no ocurre en pymes jóvenes como la que gestiona Piedra, pues deben afrontar hipotecas. Con el incremento de trabajo estos años pasados también se han hecho grandes inversiones.
Uno de los pasos de que disponen las empresas para financiarse es la línea de descuento de pagarés. Un sistema al que hay que ponerle "nombre y apellidos" y en el que cada vez que se quiere incorporar en él a un cliente te miran con lupa. Piedra dice que aunque tengas un pagaré "no te dejan hacerlo dinero" aludiendo que el banco no tiene capacidad para aguantar los ocho meses en que se va a tardar en cobrar de las grandes constructoras. No se fían. "El miedo ha calado en los responsables de las oficinas que priorizan su futuro personal".
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