Provincia de Cádiz

Investigan a personal de una residencia de ancianos por una posible imprudencia

  • La enfermera que trataba a una anciana declara que había "miles de gusanos" en una de sus úlceras Un médico y seis enfermeros, presuntos autores de un delito de lesiones

"Cuando voy a hacer la cura a la paciente, al destapar la úlcera salen miles de gusanos, desinfecto y cubro de nuevo, tiene mucho dolor, administro morfina". Esta es la dramática anotación que realizó el pasado 20 de junio una enfermera de la Residencia para Mayores Novo Sancti Petri. La paciente, de nombre Milagros, padeció un auténtico calvario antes de fallecer dos semanas después debido a su avanzada edad y al deterioro físico sufrido por las lesiones producidas al permanecer un largo periodo de tiempo postrada en la cama, si bien los doctores no han sido capaces de determinar que hubiera relación entre su muerte y estas lesiones. A raíz de estos hechos, y de una reclamación interpuesta por un sobrino, la Guardia Civil ha puesto a disposición de la autoridad judicial, en calidad de investigados, al facultativo y a seis enfermeros de la citada residencia de ancianos, como presuntos responsables de un delito de lesiones por imprudencia.  

Los hechos ocurrieron tras ser comisionados por el Titular del Juzgado Mixto nº 2 de Chiclana de la Frontera, para investigar unas lesiones sufridas por una interna de una residencia de ancianos, la cual podría no haber recibido los cuidados apropiados para una serie de heridas producidas al permanecer durante un periodo largo de tiempo en cama y que acabaron derivando en una gangrena. 

 

Los guardias civiles pudieron verificar que en primera instancia la anciana fue trasladada al Hospital de Puerto Real con la recomendación por parte del médico de la residencia de amputar una de sus piernas, pero tras ser valorada por los facultativos del centro hospitalario se decidió tratarla con antibióticos y curas diarias, siendo devuelta a la residencia con la prescripción de dicho tratamiento.

 

De la investigación llevada a cabo por la Benemérita, se desprende que tras llegar a la residencia, el facultativo cambió el tratamiento de manera consciente, dejando instrucciones al personal sanitario para que las curas se realizaran de una forma mucho más espaciada en el tiempo, a pesar de que el personal de enfermería conocía la prescripción del hospital. Aun así optaron por seguir las indicaciones del médico de la residencia, apreciándose incluso tras la investigación que ni siquiera cuando se realizaban se cambiaban todos los apósitos, siendo sustituidos únicamente los superficiales.

 

Todo este cúmulo de circunstancias provocaron que durante una cura, y ante el mal olor de la pierna de la anciana, una de las enfermeras destapara la herida, apareciendo los citados gusanos, debiendo ser de nuevo trasladada al hospital en una ambulancia.

 

Ya en el centro hospitalario, y ante las condiciones en que ingresó la paciente, varios doctores miembros de la Inspección Provincial de Servicios Sanitarios de la Delegación Territorial de Igualdad, Salud y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía, realizaron un informe ante las presuntas irregularidades observadas en relación a la asistencia sanitaria. Tras ello los familiares de la anciana iniciaron las correspondientes reclamaciones por los hechos ocurridos. 

 

Por todo esto, tras investigar lo ocurrido y tomar declaración a todas las personas que tuvieron parte en el cuidado de esta residente, los guardias civiles pusieron a disposición de la autoridad judicial en calidad de investigados, R.M., médico responsable del cuidado de la anciana, por haber ordenado que no se realizaran las curas diarias prescritas por el centro hospitalario, y a los seis enfermeros que la trataron, puesto que disponían y conocían la prescripción realizada por el hospital en cuanto a las curas diarias se refiere, no realizando las mismas.

 

Se dio la circunstancia que durante la declaración de las enfermeras, los agentes de la Guardia Civil tuvieron que parar su testimonio y les indicaron que era necesario que llamaran a un abogado, puesto que desde ese mismo momento, y a tenor de lo que estaban contando, cambiaban su condición de testigos por las de investigadas.

 

La Guardia Civil está investigando si se han producido otros casos similares en el mismo centro, ya que parece ser que hay otros familiares de enfermos que al destaparse esta noticia también se habrían interesado por si esta mala práctica se hubiera repetido en alguna persona ingresada tiempo atrás.

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