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Coronavirus

Cribados masivos y test de antígenos en Cádiz: ¿son realmente efectivos para el control de la pandemia?

  • La Junta realiza en la provincia miles de pruebas obteniendo pobres resultados en la detección de nuevos casos

  • La tasa de participación en la provincia está entre el 50 y el 60%

Imagen de un cribado masivo en la provincia.

Imagen de un cribado masivo en la provincia. / Jesús Marín

El esfuerzo de la Junta de Andalucía por realizar el mayor número de cribados masivos posibles en la provincia de Cádiz está arrojando por el momento pobres resultados en lo que a detección de casos nuevos se refiere. No suelen ser raros los casos de poblaciones en las que se registran 0 o 1 positivos por coronavirus, aún haciéndose varios centenares de pruebas.

Algunos de los resultados de estas pruebas comunicados por la Consejería de Salud dan fe de ello:

  • Rota, 1.000 citados, 659 pruebas realizadas, 3 positivos
  • San Fernando, 1.000 citados, 535 pruebas, 1 positivo
  • Sanlúcar, 1.000 citados, 559 pruebas, 2 positivos
  • Trebujena, 391 citados, 252 pruebas, 0 positivos
  • Grazalema, 329 citados, 239 pruebas, 0 positivos
  • Prado del Rey, 384 citados, 250 pruebas, 1 positivo
  • Benaocaz, 194 citados, 114 pruebas, 0 positivos
  • El Gastor, 308 citados, 182 pruebas, 0 positivos
  • Olvera, 393 citados, 254 pruebas, 2 positivos
  • San José del Valle, 371 citados, 203 pruebas, 0 positivos
  • Torre Alháquime, 237 citados, 165 pruebas, 0 positivos
  • Medina, 416 citados, 296 pruebas, 0 positivos
  • Chiclana, 1.000 citados, 537 pruebas, 0 positivos
  • Puerto Real, 1.000 citados, 573 pruebas, 1 positivo
  • Algeciras, 1.000 citados, 452m pruebas, 2 positivos

Lo que más puede sorprender en un primer momento es la baja participación que está teniendo por parte de los seleccionados en cada municipio. Se parte de la premisa de que la prueba es voluntaria, por lo que es cada persona quien decide si acude o no, y no hay que justificar nada.

Los datos que la delegación territorial de Salud y Familias en Cádiz ofrece al término de cada cribado no son los que se podría esperar en una situación tan complicada como la que nos encontramos, en la que todos debemos arrimar el hombro.

Un paciente espera para someterse a la prueba. Un paciente espera para someterse a la prueba.

Un paciente espera para someterse a la prueba. / Jesús Marín

La tasa de participación, por el momento, se sitúa entre el 50% y el 60%: Benaocaz (58,76%), El Gastor (59,1%), Sanlúcar (55,9%), San José del Valle (54,71%), Chiclana (53,7%) San Fernando (53,5%) o Puerto Real (57,3%).

¿Por qué no acude la gente a someterse a la prueba? La respuesta puede ser tan amplia como personas han decidido quedarse en casa. Sí conocemos los motivos de quienes acuden: por responsabilidad, proteger a la familia, porque la prueba es gratuita o por mera curiosidad. Los que no van, mayoritariamente, callan.

Sin embargo, no son pocas las voces que señalan el problema del absentismo en la forma de comunicar la selección –hay muchos sectores de población, especialmente los más mayores que no saben leer un SMS- o en que los llamamientos sean tan aleatorios que seleccionen a personas ya vacunadas, que han pasado la enfermedad o que trabajan en sectores en los que la realización de test son continuos y han optado por no ir. A esto se suma el poco margen de tiempo que hay entre el mensaje de la cita y la prueba, que puede provocar dificultades para acudir por cuestiones laborales.

Al margen de esto siempre está quien piensa que la similitud de la tasa de participación en la mayoría de localidad es un síntoma de que no se cita a tantas personas como se anuncia o que, si se hace, los mensajes no llegan. Es la teoría de los más suspicaces y de quienes se niegan a reconocer que después de un año de pandemia aún hay un alto índice de incrédulos e irresponsables.

Otro dato que llama la atención es el bajo porcentaje de positivos que se detectan con los test de antígenos que se emplean en estas cribados (no son pruebas PCR), ya que en la mayoría de localidades se cierra sin que se haya encontrado ningún contagiado asintomático. Pero en este caso, matemáticamente, es lo que se podía esperar.

Si elegimos una localidad como Puerto Real, una de las últimas en someterse a este cribado, comprobamos como solo una persona dio positivo en el test de antígenos al que se sometieron un total de 573 personas. Eso supone que el porcentaje de contagiados detectados en la criba fue del 0,18% de los que pasaron por la unidad móvil, y eso es representativo de la situación epidemiológica que existe en el municipio. En las últimas dos semanas, en Puerto Real se han detectado 251 positivos, lo que supone el 0,60% de la población. Aunque puede parecer que el 0,60% de las últimas dos semanas se aleja del 0,18% que dio como resultado el cribado, no hay que perder de vista que hablamos de un período de tiempo mayor (14 días) y sobre todo que en esa cifra se incluyen todos los sintomáticos y los contactos positivos de estos.

Esto mismo ocurre en otros municipios como Chiclana o San Fernando, donde no se detectó a ninguna persona asintomática en el cribado. Hay que recordar que en ambos municipios, el porcentaje de población contagiada (incluyendo los sintomáticos) en las últimas dos semanas es del 0,8% de los residentes en Chiclana y del 0,7% de la población vecina de San Fernando.

Desde el inicio de la pandemia, conocer el porcentaje de personas asintomáticas ha sido uno de los principales retos. Según la cuarta ronda del Estudio Nacional de sero-epidemiología, realizado por el Ministerio de Sanidad y el Instituto de Salud Carlos III (15 de diciembre), el porcentaje de asintomáticos en relación con el total de positivos se estima en torno al 30%.

Ahora bien, ¿por qué todo este esfuerzo de personal y económico para usar estos test de antígenos si los resultados son los matemáticamente esperables? ¿Realmente se le está dando un uso sanitario eficaz?

En su 'Estrategia de detección precoz, vigilancia y control de Covid-19' de diciembre de 2020, el Gobierno de España hace mención a un documento que la Organización Mundial de la Salud publicó en septiembre para brindar orientación a los países que quisieran incorporar esta nueva tecnología de detección de Covid-19 en sus programas de gestión de brotes.

Aunque indicaba que era una prueba mucho más sencilla, rápida y económica de realizar que las más recomendadas, como las PCR, también reconocía "la insuficiencia de los datos actuales sobre el rendimiento y la utilidad operativa".

Algunas recomendaciones de uso que proponía la OMS eran las siguientes:

  • Usar dentro de los primeros 5-7 días posteriores a la aparición de los síntomas. A partir de ese periodo de tiempo, los test de antígenos pierden sensibilidad, en cuanto comienza a disminuir la carga viral en el paciente. El carácter aleatorio en la selección de los convocados en estos cribados masivos podría no tener en cuenta este criterio, dejando que sea la voluntariedad del asistente, su responsabilidad, conocimiento y disponibilidad quien decida la realización de esta prueba.
  • Un resultado negativo no puede excluir por completo una infección activa por Covid-19 por lo que se debería realizar una prueba confirmatoria, preferiblemente PCR, especialmente con pacientes sintomáticos.
  • Estaría especialmente indicado para responder a presuntos brotes de coronavirus en entornos remotos, instituciones y comunidades semicerradas, de manera que las pruebas estuvieran basadas en evaluaciones bien diseñadas y ejecutadas en poblaciones representativas.
  • La OMS apuntaba además que no se debería usar esta prueba en pacientes sin síntomas, a menos que la persona sea un contacto de un caso confirmado, porque la probabilidad antes de la prueba, de que el paciente tenga la enfermedad según la epidemiología es baja.

Finalmente, la OMS también incidía en que existen muchas circunstancias que podían afectar al rendimiento de estas pruebas, desde factores del propio paciente (su estado inmunológico, el tiempo desde el inicio de la enfermedad), otros relacionados con la prueba en sí (el tipo de muestra, la concentración del antígeno viral, el envasado deficiente, las condiciones de almacenamiento) o con la capacitación del operador de la prueba (su interpretación del resultado, errores en la preparación por instrucciones del fabricante erróneas o poco claras,...)

Lo cierto es que los cribados masivos, y en concreto el uso de estos test de antígenos, ni son la única forma de controlar la pandemia ni parece que sea la más eficaz. Eso sí, el objetivo de estas pruebas masivas no es otro que localizar a quienes puedan estar contagiados y no lo sepan, y evitar que estos se conviertan en un canal de propagación para otras personas. En su realización apenas se invierten cinco minutos y es esencial para hacer una fotografía del momento de una pandemia con la que llevamos un año luchando.

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