Serán necesarios un mínimo de 800.000 euros para restaurar la fortaleza de Santa Catalina, en El Puerto de Santa María, ubicada en la Playa de La Muralla, enfrente de Puerto Sherry. Así se recoge en la moción conjunta firmada por todos los grupos municipales que se llevará al pleno del miércoles, en la que se solicita al Gobierno Central incluir el proyecto de reparación de La Muralla en los Presupuestos Generales del Estado, como primera opción; o en el programa extraordinario de Inversiones en Costas previsto para 2022-2023 con cargo a los fondos de recuperación Next Generation, como segunda alternativa.

Además, se insta al Gobierno a comprometerse en adecentar el entorno de Fuerte Ciudad, así como a su limpieza y conservación.

En la moción de este primer pleno ordinario de 2022 se reconoce también la obligación del Ayuntamiento de actuar en la zona verde del PERI – Co – 8 Fuerte Ciudad, propiedad del Consistorio desde 1994, donde tiene competencias, para lo cual se pide que asuma “el compromiso de redactar, financiar y ejecutar un proyecto de rehabilitación, adecentamiento, conservación y puesta en uso del fuerte y su entorno”.

Al Gobierno Central se le insta a asumir el coste de rehabilitar la antigua fortaleza, declarada Bien de Interés Cultural (BIC), inscrita en el catálogo del Patrimonio Histórico Andaluz y en el de Castillos Españoles.

Las murallas costeras del castillo de Santa Catalina o Fuerte Ciudad corren el riesgo de desplomarse.

La moción recuerda que la asociación Betilo inició una campaña en pro del monumento y para su inclusión en la Lista Roja de patrimonio en peligro, de la Asociación Hispania Nostra, cuantificando en 15.000 metros cuadrados la extensión del espacio de las construcciones defensivas. Demarcación de Costas presentó tiempo atrás un anteproyecto para la rehabilitación del fuerte que, considera Betilo, debería estudiar la Comisión Provincial de Cultura antes de elaborar el proyecto definitivo.

La urgencia para actuar viene dada por el estado de deterioro del conjunto, donde ha desaparecido casi todo el “frente del mar” y los enormes lienzos de las murallas han sufrido desprendimientos y grietas y amenazan con desplomarse. A esto se añade “el peligro que supone ante posibles accidentes y por las numerosas y constantes caídas de sus piedras y muros”.

De igual forma, lo que pervive de las edificaciones interiores se encuentra en muy mal estado de conservación, “resultado del abandono y el vandalismo”.