Desde hace ya varios veranos no hay año en el que no se registre algún evento religioso destacado que conlleve la salida procesional de una o varias imágenes. Al margen de las citas tradicionales con la Virgen del Carmen, el 16 de julio, o la Patrona, el 8 de septiembre, el verano portuense se ha convertido de un tiempo a esta parte en cita obligada para los amantes de las procesiones y las conmemoraciones religiosas.

Así, si el verano pasado fue la Pontifical el evento que congregó en El Puerto a cientos de fieles procedentes de diversos puntos de la geografía nacional, para este verano son dos los acontemientos religiosos previstos, la salida extraordinaria, ayer, de María Santísima de la Amargura con motivo del 75 aniversario de la hermandad de la Flagelación, y la salida extraordinaria de Nuestro Padre Jesús Nazareno, el próximo 30 de agosto, con motivo del 450 aniversario de esa hermandad.

Ante este panorama los hosteleros locales tienen el corazón dividido. Por un lado reconocen que cualquier evento que se organice en la ciudad resulta positivo para dinamizar el sector, pero también señalan que precisamente en verano, y en según qué fechas, estas iniciativas pueden resultar contraproducentes desde el punto de vista turístico. Aún recuerdan el año en el que se escogió para la salida extraordinaria de El Olivo el día 15 de agosto, en pleno puente festivo, lo que motivó más de una queja por tener que levantar las terrazas varios establecimientos en plena hora punta.

Para el presidente del CCA, Francisco Javier Gómez Real, lo importante es el diálogo y lacapacidad de consensuar los intereses de unos y otros, por ejemplo planificando los recorridos de manera que las interferencias con los intereses del sector hostelero se minimicen en la medida de lo posible.