Tiene que ser terrible vivir el fallecimiento de un ser querido y que la familia no tenga el consuelo de una despedida digna. Eso es lo que ha ocurrido con miles de personas durante este periodo de confinamiento, ya que hasta la llegada de la fase uno de la desescalada a la provincia de Cádiz, este mismo mes de mayo, no estaban permitidos los funerales ni los velatorios, salvo en la más estricta intimidad y con la asistencia de no más de tres personas.
En todo este tiempo los cementerios han estado además cerrados. No ha sido hasta este pasado martes, 12 de mayo, cuando el camposanto de El Puerto de Santa María ha podido reabrir sus puertas, aunque lo ha hecho de una manera un tanto especial.El Ayuntamiento ha decidido que una buena manera de dignificar, en la medida de lo posible, las despedidas a los seres queridos era citar a los familiares de los fallecidos durante la pandemia e invitarles a visitar el cementerio de forma escalonada, mediante cita previa, para proporcionarles una mayor intimidad.
La concejala de Asuntos Sociales del Ayuntamiento portuense, Carmen Lara, explica que muchas de estas familias han expresado su agradecimiento por esta decisión, ya que a pesar de las circunstancias han podido dedicar unos momentos de mayor recogimiento a la hora de decir el último adiós a sus fallecidos.
Por desgracia el tiempo no ha acompañado esta semana a la hora de realizar estas visitas, y algunas han tenido que ser anuladas o pospuestas debido al diluvio caído sobre El Puerto el pasado jueves. Aún así, ayer viernes fueron varias las familias que acudieron al camposanto a despedirse de sus fallecidos, en unas circunstancias diferentes a las de cualquier otro momento, ya que es necesario llevar mascarillas, respetar la distancia de seguridad y también se contempla la presencia de la Policía Local para garantizar el aforo.
A partir de este lunes, 18 de mayo, ya el cementerio abrirá sus puertas para el público en general.
Aunque las visitas serán libres, el Ayuntamiento ha decidido reducir el aforo a un máximo de 120 personas a partir de este lunes, para que en todo momento se puedan garantizar las medidas de seguridad necesarias.
Como señala Carmen Lara, “son muchas las personas que acudían cada día al cementerio a visitar la tumba de un hijo, un padre, una madre o un cónyuge fallecido, y en estos dos meses les ha faltado algo. Ha sido muy triste también para ellos”.
De hecho, durante todo este periodo de confinamiento han sido varios los ramos de flores con tarjetas dedicadas que han ido apareciendo en la verja del camposanto: el Día de la Madre, la fecha de un cumpleaños...
Y es que para muchas personas la visita al cementerio es un motivo de consuelo, una manera de agarrarse a lo último que nos queda de la presencia física de la persona a la que añoramos.
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