Tras leer la reciente noticia en Diario de Cádiz, donde se anunciaba que la Flave tenía que dejar su sede en 10 días, me han venido a la memoria y a la de muchas de las Amas de Casa el triste y lamentable recuerdo de como la Asociación de Amas de Casa Virgen de los Milagros tuvo que darse de baja y desaparecer en el Registro de Asociaciones el pasado año, después de más de 30 años de actividades diarias dedicadas a la mujer portuense. Es por ello por lo que me he decido a contar lo que tuvimos que vivir en la asociación.
Creo que es bueno que los ciudadanos conozcan el amargo, esperpéntico y surrealista episodio vivido en la asociación. Después de cedernos el Ayuntamiento el antiguo local de la Cruz Roja, después de seguir la recomendación de los concejales Carmen Lara y Javier Bello, de que pintásemos y adecentásemos el local para poder usarlo para nuestras actividades, recibimos a los pocos meses de entregarnos las llaves, dos decretos de la Concejalía de Patrimonio, donde se nos decía que como habíamos "usurpado" ese local, nos daban 10 días para desalojarlo o nos enviarían a la Policía Local a vaciarlo y poner nuestros enseres en la calle.
Ante tal situación y en Asamblea General Extraordinaria hubo que tomar la triste decisión de cerrar la asociación y darla de baja en todos los Registros.
Ahora, nos enteramos que ese local que según el área de Urbanismo estaba en estado ruinoso, que nosotras arreglamos con nuestro dinero y que tuvimos que abandonar sin poder ni siquiera estrenarlo, curiosamente ahora el Ayuntamiento se lo ha cedido a una hermandad portuense.
Vaya por delante que nada tenemos en contra de esa hermandad, pero nos parece un desprecio muy grande por parte de nuestros responsables municipales hacia las más de cien señoras de la asociación de Amas de Casa.
Ha sido y fue inconcebible que el Ayuntamiento se comportase de esa manera con las mujeres de El Puerto, donde había socias de hasta más de 90 años, que participaban en la mayoría de las actividades y que ahora están en su casa sin tener con quien hablar, ni que hacer a esas edades en la que ya los hijos no están en casa y los maridos han ido falleciendo, quedando solas en casa, y sin encontrar el cariño diario y la compañía de sus compañeras de la asociación que antes tenían.
Hoy nos preguntamos: ¿quién nos va a abonar los 3.000 euros que nos gastamos en adecentar la sede por consejo de la concejal? Nos dieron las llaves, aguantamos cerca de un año sin luz y sin poder realizar actividad alguna. Y lo más lamentable de todo fue el mal trato recibido y las inadecuadas formas utilizadas por parte de Carmen Lara, cuando fue ella quien nos dijo que “no sólo era para meter los enseres, sino que podíamos celebrar allí nuestras actividades e incluso nos ofreció si alguna vez lo necesitábamos, la cocina de la guardería colindante con el local que nos dieron”. Pero después, donde dijo digo dice Diego y dice públicamente que “ese local nos lo cedió solo para meter nuestros chismes” (palabras textuales).
Volvemos a incidir y repetir que nada tenemos contra la hermandad a la que el Ayuntamiento le ha cedido el lugar del que nos echaron de mala manera, pero la actuación del alcalde, Germán Beardo, y de su equipo nos parece de poca ética y falta de moral.
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