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Asuntos Sociales, un área por desarrollar

  • El Plan Estratégico de Asuntos Sociales marca las pautas a seguir en esta Delegación Municipal hasta el año 2022

  • El objetivo es que deje de ser una simple dispensadora de ayuda para que pase a realizar una actuación más integral

La fachada del edificio de la Delegación Municipal de Asuntos Sociales situado en la calle Zaragoza.

La fachada del edificio de la Delegación Municipal de Asuntos Sociales situado en la calle Zaragoza. / Joaquín Hernández 'Kiki'

La Delegación de Asuntos Sociales es el área más sensible del Ayuntamiento de Cádiz. A él acuden los ciudadanos para intentar solucionar los problemas más básicos y urgentes en su día a día. En una ciudad que sigue manteniendo unas cifras de desempleo alarmantes, el estallido de la burbuja inmobiliaria y los efectos derivados de la crisis económica de 2008 hicieron que todos los servicios dependientes de esta Concejalía estallaran por los aires. La saturación por la situación de emergencia social fue una consecuencia que se une a la cadena de problemas que sufre la capital gaditana.

Al final, en esta Delegación Municipal confluyen todas las dificultades que soporta la ciudad en multitud de ámbitos –empleo, vivienda, dependencia, población envejecida, etc.–, por lo que termina convirtiéndose en un embudo que se atasca ante la necesidad de atender todas las vicisitudes que sufren los ciudadanos.

La situación de los Servicios Sociales fue un asunto capital en la campaña electoral de 2015. En aquella época aún tenía un fuerte reflejo el cese de 24 trabajadores que pertenecían al Plan Concertado –que se financiaba con fondos de la Junta de Andalucía– en el verano de 2014. Este fue un momento de ruptura interna en este área, lo que hizo que se incrementaran los problemas al unirse los de la propia ciudad.

Esto afectó al anterior equipo de Gobierno del Partido Popular. Tras los resultados de las elecciones municipales de 2015, que propiciaron la llegada al poder de Por Cádiz sí se puede y Ganar Cádiz en Común, uno de los objetivos que se marcaron las dos formaciones –además de algunos más cortoplacistas como fue nada más acceder a la Alcaldía la puesta en marcha del Plan de Continuidad Alimentaria por el cierre de los comedores escolares– fue realizar una auténtica revolución en Asuntos Sociales.

Este cambio iba centrado en el objeto de este área al considerar que estaba más implicado en realizar tareas de asistencialismo y caridad que en realizar una intervención integral en las familias en riesgo de exclusión social para conseguir que salgan de su situación.

Y es que en el mandato que está a punto de culminar, gran parte del trabajo de este área ha estado volcado en la elaboración del Plan Estratégico de Asuntos Sociales. Una tarea que marca como horizonte el año 2022 como el momento en el que se culminará toda la planificación elaborada para que esta Delegación Municipal deje de ser una simple dispensadora de ayudas y pase a ser una institución que, entre otros asuntos, propicie que los ciudadanos abandonen el escalón social más bajo.

Esto, que puede ser el principal logro en este área del actual equipo de Gobierno, se ha convertido también en una rémora por el tiempo empleado, lo que ha hecho que lo que se incluye en el documento no haya tenido aún un reflejo real en el funcionamiento de los Servicios Sociales. Su presentación en diciembre de 2018 es una buena muestra del tiempo empleado en su elaboración, pasando para ello casi toda la legislatura.

Este trabajo, además de marcar las pautas futuras para mejorar el funcionamiento del área, supone una muestra de la tozuda realidad de la ciudad de Cádiz. Los datos no engañan y dibujan un horizonte que no es nada esperanzador. Así, uno de sus principales dificultades es la constante bajada de la población, un hecho que no se repite en el resto de localidades de la Bahía, que, precisamente, absorbe a una buena parte de los gaditanos que no pueden encontrar una vivienda en Cádiz. Los datos actualizados del padrón municipal a 1 de enero de 2018 indican que la capital gaditana cuenta con 116.979 habitantes.

A partir de ahí, fluyen el resto de problemas. El principal es el desempleo. En abril de 2019, Cádiz contaba con 12.763 parados registrados (27,3%), volviendo a estar en el grupo de cabeza a nivel nacional. Un hecho que se viene arrastrando desde la crisis industrial de los años 80 –siempre estará presente en la ciudad la situación de sus Astilleros–, además de acumular otros problemas como la excesiva dependencia del Estado o la falta de inversión empresarial de calado en el entorno. Ante esto, Cádiz se ha convertido en una ciudad volcada en el sector servicios, siendo dos de sus grandes exponentes el turismo y la hostelería, lo que es símbolo de estacionalidad. Esto ha provocado que una parte de la juventud gaditana se haya convertido en emigrante, lo que, unido a la baja natalidad, también influye en el envejecimiento de la población.

Junto a esto se encuentra el grave problema de la vivienda.Por un lado, se sitúa entre las ciudades más caras para adquirir o alquilar una vivienda. Por el otro, la capital gaditana no tiene posibilidad de expandirse por su configuración peninsular, lo que supone un gran obstáculo para la ampliación del parque de viviendas. A esto hay que unir un problema que está en ciernes y que ya está afectando al mercado inmobiliario, como es el aumento exponencial de los pisos turísticos. El registro de demandantes de vivienda de Procasa se sitúa en 6.919 solicitaciones a 10 de abril de 2019.

Todo esto metido en una coctelera con otros datos como el del nivel educativo de la población –hasta un 44% de los gaditanos no tienen estudios primarios, tienen estudios primarios incompletos o estudios de EGB, ESO y Bachiller Elemental– dan una imagen de cronificación de la situación de la ciudad de la que salir es complicado, más si cabe con la imagen que el propio gaditano tiene de sí mismo.

A partir de ahí, la Administración local tiene que hacer un sobreesfuerzo para tapar todos los problemas a base de dispensación de ayudas de emergencia social para el pago de alquileres, recibos de electricidad y agua u otro tipo de asuntos. Esto acaba centralizando una gran parte del trabajo de Asuntos Sociales, por lo que otros temas acaban descuidándose. Además, hay que sumar el enorme entramado de organizaciones benéficas que llegan adonde la Administración no puede hacerlo, siendo en muchos casos el salvavidas al que acuden muchos ciudadanos para cubrir sus necesidades básicas.

Este panorama de la ciudad que se dibuja en el Plan Estratégico de Asuntos Sociales es el punto de partida para el próximo equipo de Gobierno, que tendrá la obligación de implementar la citada planificación con el objetivo de salir del círculo vicioso en el que se encuentra esta Delegación Municipal por tener que cubrir las necesidades más acuciantes. Esto hace que en muchas ocasiones no se entre de lleno en los problemas para atajarlos.

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