Puede ser el sargento más carnavalero de la Armada pero Jonathan Pérez Ginel, autor de ‘Los aislados’, nos cuenta hoy otras facetas de su vida, más allá del Carnaval.

–¿Qué se llevaría a una isla desierta?

–Me llevaría a mi novia, mi guitarra y..., con eso tengo suficiente

–¿Y algo para el estómago?

–Ya me las apañaría. Llevarme la vitro es pa ‘ná’, porque no tendría donde enchufarla, pero la cocina es una de mis grandes pasiones.

–Cuente entonces sus especialidades como cocinillas.

–Pues los rissotos, y el arroz negro. Y también hago un solomillo al Pedro Ximénez con pasas.

–Otra afición que nos pueda contar que no sea Carnaval.

–Viajar, viajar. Cada vez que tengo un hueco y dinero para invertirlo hago un viaje.

–¿Hay algún lugar que le haya marcado?

–Saco jugo de cada uno de ellos, y guardo buenos recuerdos de todos los lugares pero me gusta mucho el centro de Europa: París, Berlín, Polonia,... Y un crucero por las Islas Griegas, contra el estrés.

–¿Le gusta aislarse en algún momento? ¿Disfruta de la soledad?

–Sí, creo que la soledad puede ser un placer en determinados momentos, al igual que disfrutar de la compañía.

–¿Y dónde desconecta?

–En una playa, pero en invierno.

–Va usted acompañado de un coco este año, ¿quién es su coco real preferido?

–La verdad es que tengo un buen cocotero a mi alrededor. Puede sonar a tópico, pero mi familia, mi pareja, todos lo que suponen un apoyo para mí. También le doy mucha importancia a la amistad.

–¿Una película?

–Braveheart

–¿Y qué le gusta leer?

–Pues tengo mucha afición a leer artículos de opinión en la prensa.

–¿Y tiene algún ídolo?

–No soy de ídolos, puedo admirar a gente en determinados ámbitos de la vida, pero me parecen destacables todas las personas que hacen cosas buenas sin esperar nada a cambio.

–¿Saca la guitarra navegando?

–Sí, al final siempre saco la guitarra, y voy por el barco como Peret.