Ácidas, críticas, implacables, bordes, pacientes, tan pacientes (“¿niña, a ustedes quién os escribe?”), las mujeres carnavaleras, las mujeres callejeras, tomaron la calle hace décadas adelantando por la derecha (y por la izquierda) la presencia femenina en el Concurso. Porque la calle siempre es vanguardia, es lo que veremos en las tablas mañana.
Un año más son muchas las mujeres que apuestan por salir y confeccionar una agrupación callejera o un romancero y, de hecho, no pocos nombres de mujer están incluidos en el top ten de las agrupaciones más punteras.
Que se lo digan a Koki Sánchez, toda una institución en el templo sin techo de Don Carnal, y que este año vuelve a la carga como la mismísima Faraona. Una Lola Flores a la que le falta un pendiente “hombre, a ver si ustedes me hacen el favor de agacharse a buscarlo”.
Otras dos caricaturas magníficas y retorcidas de personajes reales ofrecen Ana y Alejandra López Segovia, esas dos Niñas de Cádiz, dos integrantes de la Chirigota de las Niñas, a las que no les duele en prenda coger el tren Madrid-Cádiz para volver a su tierra y regalarle no sólo ‘De Feria en Feria’ (la propuesta de su chirigota) sino este romancero a dos voces protagonizado por Lolita la Piconera y Agustina de Aragón, que nos darán una visión desconocida de la Guerra de la Independencia con una sátira final al presente que da hasta miedo.
‘Las influencers’ (las niñas de las botas de agua) que se cachondean de estos tiempos de la dictadura del postureo; ‘Las femme fatale’ (Cadiwoman) expertas en darle la vuelta a los repertorios machistas, en hacer la única apología posible, la de la igualdad y la libertad; ‘Los hombres del millonario’ (Mariki y Aida, Las Ibéricas) energía extrema y sátira en estado puro (“ji ji ja ja, que es cachondeo, que es carnaval”), ‘A liarla’ (la Chiriroja) compromiso y cachondeo; ‘Sí, sí, espérateahí’ (las de Blanca Flores) elegancia y picardía...
Diversas, osadas, ingeniosas, libres. La calle es de ellas.
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